Los aranceles propuestos por la Unión Europea sobre productos chinos no son un “castigo”, aseguró el ministro federal alemán de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, a funcionarios chinos en Beijing el sábado (22 de junio). La visita es la primera de un alto funcionario europeo desde que Bruselas propuso aranceles significativos a las importaciones de vehículos eléctricos (EV) fabricados en China en respuesta a lo que la UE considera subsidios excesivos. Antes de la llegada de Habeck, China advirtió que las crecientes tensiones en torno a los vehículos eléctricos podrían desencadenar una guerra comercial. “Es importante entender que estos no son aranceles punitivos”, dijo Habeck en la sesión inaugural de un diálogo sobre clima y transformación. Destacó que, a diferencia de Estados Unidos, Brasil y Turquía, que han utilizado aranceles punitivos, la UE está adoptando un enfoque diferente.
La Comisión Europea pasó nueve meses investigando si las empresas chinas habían recibido subsidios injustos. Habeck explicó que los derechos compensatorios que resulten de la revisión de la UE no son punitivos sino que pretenden compensar las ventajas que Beijing ha otorgado a las empresas chinas. “Es esencial lograr estándares comunes e iguales para el acceso al mercado”, añadió. Durante una reunión con Zheng Shanjie, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, Habeck explicó que los aranceles propuestos por la UE tenían como objetivo crear igualdad de condiciones. Zheng respondió: “Haremos todo lo posible para proteger a las empresas chinas”, argumentando que los aranceles perjudicarían a ambas partes. Instó a Alemania a tomar la iniciativa dentro de la UE y “hacer lo correcto”. Zheng rechazó las acusaciones de subsidios injustos, argumentando que el crecimiento de la nueva industria energética de China se debió a ventajas competitivas en la tecnología, el mercado y las cadenas industriales. Este crecimiento fue el resultado de la competencia, no de los subsidios, afirmó Zheng. Después de su reunión con Zheng, Habeck habló con el Ministro de Comercio chino, Wang Wentao, quien debía discutir los aranceles con el Comisario de la UE, Valdis Dombrovskis, por videoconferencia el sábado por la noche.
Aunque las tensiones comerciales fueron un tema clave, el principal objetivo de la reunión fue fortalecer la cooperación en la transición verde entre las dos naciones industrializadas. Esta fue la primera reunión plenaria del Diálogo sobre Clima y Transformación desde que Alemania y China firmaron un memorando de entendimiento en junio del año pasado para cooperar en el cambio climático y la transición verde. China agregará casi 350 gigavatios (GW) de nueva capacidad renovable en 2023, más de la mitad del total mundial. A este ritmo, es probable que China supere este año su objetivo para 2030, según un informe de junio de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Si bien Habeck elogió la expansión de las energías renovables en China, destacó la importancia de observar las emisiones generales de CO2. El carbón seguirá representando casi el 60% del suministro de electricidad de China en 2023. “China tiene una combinación energética basada en el carbón”, reconoció Zheng, y China, India e Indonesia representan casi el 75% del consumo mundial de carbón, priorizando la seguridad energética, la disponibilidad y costo sobre las emisiones de carbono. Zheng señaló que China está construyendo centrales eléctricas alimentadas con carbón como medida de seguridad. “Sigo creyendo que la expansión masiva de la energía del carbón se puede abordar de otra manera si se considera el papel de las energías renovables en el sistema”, respondió Habeck.