Es fácil para las organizaciones quedarse estancadas en la miopía estratégica (dar prioridad a lo urgente, lo probado y lo fácil de medir), especialmente en un momento de cambio intenso. Para evitar esto, los líderes exitosos siguen cinco principios. En primer lugar, rechazan los falsos representantes, reconociendo que los nuevos proyectos para resolver problemas futuros son siempre menos eficientes que el status quo. En segundo lugar, se centran en las necesidades de sus clientes, más que en lo que producen actualmente. En tercer lugar, saben que no se puede comprometer el camino hacia una estrategia elegante y se aseguran de que haya las personas adecuadas en la sala. En cuarto lugar, reconocen que para resolver un gran problema es necesario comenzar con una solución pequeña. Y quinto, se centran en preguntas interesantes, en lugar de respuestas correctas.
