Durante la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido impuso un racionamiento estricto. Comenzando en enero de 1940alimentos como azúcar, carne y queso eran limitados debido a la escasez en tiempos de guerra. El racionamiento duró hasta septiembre de 1953, lo que significó que durante más de una década los bebés nacidos durante este período consumieran una dieta mucho más baja en azúcar que los nacidos antes o después. Resulta que este cambio forzado en la dieta afectó profundamente la salud a largo plazo de estos bebés, según muestra un nuevo estudio.
Publicado el jueves en la revista Ciencia, un nuevo estudio examinó los datos de salud de los nacidos durante y después del racionamiento. Los autores, de la Universidad del Sur de California, la Universidad McGill y la Universidad de California, Berkeley, utilizaron el Biobanco del Reino Unidoque posee información genética y de salud de más de medio millón de personas. Al observar a los británicos nacidos entre octubre de 1951 y marzo de 1956, el equipo determinó que aquellos que vivieron sus primeros años durante el racionamiento del azúcar tenían un riesgo notablemente menor de enfermedades crónicas como diabetes y presión arterial alta en la mediana edad, lo que transmite cómo la exposición al azúcar durante la infancia puede influir en la salud décadas después.
Al analizar datos de más de 60.000 personas, los investigadores encontraron que aquellos que vivieron bajo el racionamiento de azúcar tenían un riesgo 35 por ciento menor de diabetes y un riesgo 20 por ciento menor de presión arterial alta en la mediana edad. Este grupo también mostró un retraso en la aparición de diabetes de 4 años y de presión arterial alta de 2 años. Por otro lado, aquellos que crecieron sin racionamiento tuvieron tasas de enfermedad más altas. Incluso el consumo de azúcar durante el embarazo afecta la salud en el futuro. Los autores descubrieron que el racionamiento del azúcar en el útero por sí solo representaba alrededor de un tercio de la reducción del riesgo.
Una posibilidad detrás de este hallazgo es que el lugar donde el azúcar se adapta a los primeros años de vida puede influir en la cantidad de azúcar que una persona ingiere años después. Primer autor Tadeja Gračnereconomista de la Universidad del Sur de California, le dijo al New York Times que la exposición temprana al azúcar puede crear un hábito de por vida. El riesgo de enfermedad, entonces, es “una respuesta acumulativa” a décadas de consumo de azúcar, afirma.
Pero estos resultados no exigen la eliminación total de los azúcares refinados. Incluso una reducción moderada puede reducir significativamente el riesgo tanto en mujeres embarazadas como en bebés. Tadeja Gračnereconomista de la Universidad del Sur de California y primer autor del estudio, dijo Naturaleza que “se trata de moderación”.