¿Podrá París mantener su brillo empresarial?

Ien los últimos años París ha experimentado un renacimiento asombroso. Empresarios, financieros y expertos en tecnología de todo el mundo comentan con naturalidad que pasan más tiempo en la Ciudad de las Luces. Los bancos de Wall Street han ampliado sus oficinas allí; los inversores de riesgo están firmando más cheques para las empresas emergentes francesas. La cumbre anual sobre inversiones, que se celebra en mayo en el Palacio de Versalles, se ha convertido en una cita fija en las agendas de los directores ejecutivos. Este año, mientras bebían champán con el presidente Emmanuel Macron, los directivos de las empresas prometieron proyectos de inversión por valor de 15.000 millones de euros (16.000 millones de dólares).

El renacimiento es parte de la ambición de Macron de hacer que Francia sea más innovadora y favorable a las empresas. Pero el proyecto ahora está en peligro. Después de que su partido centrista sufriera una paliza en las elecciones al Parlamento Europeo, Macron convocó elecciones parlamentarias nacionales anticipadas, cuya primera vuelta se celebrará el 30 de junio. Los partidos de extrema derecha y extrema izquierda están obteniendo resultados muy por delante del grupo de Macron. Ambos tienen planes de gasto insostenibles que asustan a los inversores y están lejos de ser amigables con los negocios globales. Hace sólo unas semanas París, que también será sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024 en julio, estaba en el centro de atención. Ahora una nube de incertidumbre se cierne sobre su gran reactivación comercial.

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