Resumen ejecutivo:

  • Los analistas pro-Kremlin insisten cada vez más en que Moscú se está convirtiendo en líder de la próxima fase del avance tecnológico global y está avanzando hacia la economía del futuro. Algunas estadísticas oficiales indican lo contrario.
  • La producción y el desarrollo tecnológico rusos todavía dependen en gran medida de máquinas-herramientas fabricadas en el extranjero, así como de software y conocimientos técnicos occidentales, que siguen importándose a pesar de las sanciones.
  • El crecimiento de los gastos militares de Rusia y la movilización de la economía en pie de guerra han sentado las bases para años de estancamiento y degradación de la economía interna.

Los analistas rusos expresan cada vez más planes ambiciosos que visualizan a Moscú como líder mundial en el desarrollo y producción de nueva tecnología. En mayo, circuló un informe de que en 2024 la economía rusa iba camino de crecer más rápido que las economías de la mayoría de los países de la eurozona, en particular Francia y Alemania (TAS, 2 de Mayo). Las discusiones sobre cambios en la estructura tecnoeconómica de la economía rusa prevalecían incluso antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Moscú y se utilizaron para justificar la guerra. Los expertos y propagandistas pro-Kremlin sostienen que los avances tecnológicos conducen al surgimiento de nuevos actores en el escenario mundial y a menudo van acompañados de guerras mundiales, como se vio en el pasado (YouTube, 2 de diciembre de 2021). Basado en esta lógica, el Kremlin no ve su guerra contra Ucrania como una agresión imperial sino más bien como una fase inevitable en los cambios inherentes al desarrollo de nueva tecnología y la creación de una economía del futuro. Sin embargo, mientras el discurso oficial y la propaganda del Kremlin pregonan una fuerte recuperación económica, otros indicadores reflejan un estancamiento continuo, especialmente en la producción de nuevas tecnologías (ver EDM, 12 de febreroAbril 3, 29, 30 de mayo).

Los funcionarios y propagandistas rusos han utilizado la idea de entrar en una nueva fase de desarrollo tecnológico para racionalizar la guerra contra Ucrania, crear una visión de un futuro deseable y definir los objetivos para el desarrollo de Rusia. En el foro internacional ATOMEXPO-2024 celebrado en marzo, Yekaterina Solntseva, directora de digitalización de Rosatom, habló sobre los planes de la entidad estatal para desarrollar más capacidades de inteligencia artificial (IA). Viktor Besplanov, director general adjunto de plataformas digitales del Centro de Innovación KAMAZ, se jactó de la creación activa de “empresas digitales”. Andrey Bezrukov, ex oficial de inteligencia y ahora miembro del Consejo Ruso de Política Exterior y de Defensa, sugirió invertir más en inteligencia artificial militar y criptografía cuántica. También declaró que la necesidad de luchar por la supervivencia podría convertir a Rusia en un líder en la siguiente fase del avance tecnológico (Dzen.ru, 28 de marzo). Anteriormente, Valentin Makarov, presidente de la asociación Russoft de empresas rusas de tecnología de la información, afirmó que la tarea principal de Rusia ahora es garantizar su soberanía tecnológica y exportar su experiencia a los mercados globales (Ura.noticias5 de marzo).

A primera vista, podría parecer que Rusia es capaz de dar ese salto tecnológico. A principios de junio, la propaganda del Kremlin celebró el crecimiento industrial “explosivo” y el supuesto aumento de las exportaciones industriales rusas al exterior (Vz.ru, 17 de junio). El Primer Ministro Mijaíl Mishustin afirmó que la construcción de maquinaria es la principal rama de la industria rusa junto con la producción de microchips y otros componentes electrónicos (RIA NovostiJunio ​​11).

Las perspectivas económicas de Rusia, en realidad, están lejos de ser prometedoras. Expertos independientes, analizando datos del Ministerio de Comercio e Industria de Rusia, señalan que las exportaciones no relacionadas con los recursos naturales del país en 2023 cayeron un 23 por ciento en comparación con 2022. En total, las exportaciones rusas cayeron de 592,5 mil millones de dólares a 425,1 mil millones de dólares. Igor Lipsits, cofundador de la Escuela Superior de Economía de Moscú, señala que el crecimiento económico ruso sólo se logra mediante el aumento de la producción militar, en detrimento del estancado sector civil. Esta tendencia, predice, conducirá a una mayor inflación, escasez de bienes de consumo y la inevitabilidad de los controles gubernamentales de precios, todo lo cual recuerda a la era soviética (VoA – servicio ruso16 de febrero).

Incluso altos funcionarios rusos admiten que la producción en el país todavía depende de equipos occidentales. En febrero, Nikolai Patrushev, entonces secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, se quejó de la falta de interés de las empresas rusas en comprar equipos de producción nacional. Según Patrushev, “las empresas rusas siguen centrándose en la compra de productos extranjeros ya fabricados, utilizando el mecanismo de importación paralela” (Los tiempos de Moscú6 de febrero).

Periodistas independientes han descubierto que Rusia continúa comprando piezas de máquinas occidentales para la producción de armas e incluso software occidental, eludiendo las sanciones en el proceso. Se crean empresas ficticias para dar la impresión de que las compras las realizan los países vecinos, y los técnicos desactivan los sistemas de navegación GPS integrados por una tarifa considerable. Varias empresas rusas incluso han conservado licencias perpetuas para software occidental (Historias.media, 13 de junio). En el sector de la construcción de maquinaria, los analistas militares rusos señalan que el primer automóvil “completamente nacional” del país se creó utilizando conocimientos técnicos importados y es de muy baja calidad. Un informe se queja: “La industria automotriz nacional está muy rezagada y está haciendo pocos esfuerzos para salir del hoyo. No sabemos fabricar nuestro propio ABS (sistema antibloqueo de frenos), ni sistemas electrónicos de seguridad, ni airbags, ni modernos motores diésel y gasolina de pasajeros, ni transmisiones automáticas” (Topwar.ru17 de junio).

En lo que respecta a las exportaciones de materias primas, los analistas reconocen que el principal consumidor de combustibles fósiles rusos, China, está desarrollando simultáneamente energías verdes y la producción de vehículos eléctricos. Mientras tanto, el petróleo y el gas desempeñan papeles menores en el actual equilibrio eléctrico chino. Según la experta rusa Tatyana Lanshina, China no renunciará al carbón en las próximas décadas, pero intentará depender más de sus propias materias primas (Historias.media20 de junio).

Sin embargo, todo esto no indica un colapso inmediato de la economía rusa. Los expertos independientes señalan que, teniendo en cuenta los gastos militares actuales, los recursos de Moscú durarán bastante tiempo (Historias.media, 5 de junio). Sin embargo, en esta etapa, cualquier conversación sobre un crecimiento industrial estable, y mucho menos sobre un liderazgo global en desarrollo tecnológico, es, en el mejor de los casos, dudosa. Como señalan los expertos, el crecimiento de los gastos militares de Rusia y la movilización de la economía en pie de guerra han sentado las bases para años de estancamiento y degradación de la economía rusa, y resolver esos problemas se vuelve cada vez más difícil con cada año que pasa (Hora actual.tv29 de noviembre de 2023).

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