Inspirándose en la teoría del cuerpo-sin-órganos de Deleuze y Guattari, el editorial explora cómo el cuerpo se dispersa a través de los objetos parciales que aparentemente constituyen esa unidad a la que nos referimos como “sujeto”.
Máquina hecha de inquietos flujos de deseo, la figura humana vuelve a su único mandato: el desmontaje.