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La nueva ministra de Finanzas del Reino Unido, Rachel Reeves, prometió el lunes “arreglar inmediatamente los cimientos” de la economía británica, impulsada por la energía eólica terrestre y la construcción de viviendas, después de que su partido laborista ganara el poder.
En su primer discurso importante desde que el nuevo primer ministro Keir Starmer la nombró como la primera mujer canciller del Tesoro del Reino Unido, Reeves dijo que “no había tiempo que perder” para revertir “el legado de catorce años de caos e irresponsabilidad económica” bajo el gobierno conservador.
Reeves, de 45 años, asume el cargo de canciller ahora que la economía británica acaba de salir de la recesión, la tasa de inflación del país ha vuelto a niveles normales y el Banco de Inglaterra se prepara para recortar las tasas de interés.
El partido laborista de centroizquierda, que había situado el crecimiento de la economía del Reino Unido en el centro de su manifiesto, ganó las elecciones generales del jueves pasado con una mayoría considerable.
“El nuevo análisis del Tesoro que solicité durante el fin de semana expuso las oportunidades perdidas” bajo los conservadores, dijo Reeves a los líderes empresariales en Londres.
Ella dijo que el débil crecimiento significó que el año pasado Gran Bretaña perdió £58 mil millones (US$74 mil millones) en ingresos fiscales, lo que afectó los servicios públicos.
Pero Reeves enfatizó que el crecimiento de la economía ocurriría junto con “reglas fiscales sólidas”, ya que la deuda de Gran Bretaña se ha disparado en los últimos años debido al enorme gasto estatal causado por la pandemia de Covid y el aumento de los precios de la energía.
La canciller dijo que el Partido Laborista duplicaría la energía eólica terrestre para 2030, ayudando a la nación insular a acercarse a las emisiones netas de carbono cero.
“Eso significa eliminar inmediatamente la prohibición de facto sobre la energía eólica terrestre en Inglaterra, vigente desde 2015”, dijo el gobierno en una declaración separada el lunes.
Reeves dijo que la reforma de las normas de planificación aceleraría la construcción de infraestructura en todos los sectores, ayudándole también a construir 1,5 millones de viviendas “asequibles” en asociación con el sector privado.
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