El foco está en impulsar el crecimiento en medio de debates sobre la reforma fiscal

Mientras nos encontramos en un período crucial de transición económica, con un crecimiento positivo pero en desaceleración, nos enfrentamos a algunas decisiones políticas críticas con importantes impactos sobre los consumidores, la industria minorista y la economía en general.

El economista jefe de la Federación Nacional de Minoristas, Jack Kleinhenz, destacó recientemente que, al igual que en 2017, nos encontramos en una fase de espera: a la espera de que la inflación se estabilice y de que la Reserva Federal ajuste las tasas de interés. Este período presenta un equilibrio delicado y cualquier paso en falso podría tener repercusiones duraderas.

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El panorama económico actual se caracteriza por una inflación en desaceleración y un gasto de consumo resiliente. A pesar de una desaceleración del crecimiento del PIB del 3,4% en el cuarto trimestre de 2023 al 1,4% en el primer trimestre de 2024, la economía sigue mostrando signos de estabilidad. Los ingresos y los ahorros personales han aumentado y el mercado laboral sigue siendo sólido. Estos indicadores sugieren que la Reserva Federal tiene margen de maniobra sin apresurar las decisiones sobre las tasas de interés.

Sin embargo, en medio de esta frágil recuperación, hay propuestas sobre la mesa que podrían poner en peligro nuestro progreso económico. La administración Biden y los demócratas del Congreso están contemplando importantes aumentos de impuestos, incluido un aumento de la tasa impositiva corporativa. Esta medida sería un paso en falso sustancial, en particular mientras nos esforzamos por mantener el crecimiento económico y la estabilidad.

El aumento de la tasa impositiva corporativa haría que Estados Unidos fuera menos competitivo en el escenario mundial. Nuestra tasa impositiva corporativa superaría la de nuestros competidores internacionales, desalentando las inversiones en empresas estadounidenses y posiblemente provocando pérdidas de empleo y una disminución de la actividad económica. Una tasa impositiva corporativa más alta también perjudicaría a las familias trabajadoras al reducir los salarios, aumentar los precios y erosionar los ahorros para la jubilación.

Los precedentes históricos ilustran los peligros de tales aumentos de impuestos. En cambio, los auges económicos desencadenados por los recortes de impuestos de Kennedy y Reagan demuestran los beneficios de las tasas impositivas más bajas. Estos períodos de impuestos reducidos llevaron a un crecimiento económico significativo, a la creación de empleo y a niveles de vida más altos. Por el contrario, aumentar los impuestos durante la incertidumbre económica corre el riesgo de desacelerar el crecimiento, reducir los ingresos de los hogares y aumentar el déficit.

En NRF, abogamos por políticas que respalden un crecimiento económico sólido y un sector minorista saludable. El sector minorista es una piedra angular de la economía estadounidense, ya que aporta 5,3 billones de dólares al PIB anual y sustenta 55 millones de empleos. Las políticas que obstaculizan el crecimiento, como el aumento de la tasa impositiva corporativa, plantean una amenaza para el comercio minorista, los consumidores y la economía en general.

La Oficina de Presupuesto del Congreso prevé una década de débil crecimiento económico, con un promedio de apenas 1,8% anual, incluso si continúan las tendencias actuales en materia de impuestos y gastos. No podemos permitirnos conformarnos con un crecimiento mediocre. En cambio, deberíamos adoptar políticas que favorezcan el crecimiento y reduzcan las tasas impositivas y fomenten la inversión, impulsando así una mayor productividad y una mayor producción económica.

Mientras atravesamos este momento económico crítico, concentrémonos en sostener el progreso que hemos logrado manteniendo una tasa impositiva corporativa competitiva.

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