Identidades multiculturales: comprender al consumidor chino en el extranjero

Lo siguiente es una vista previa de Jing Daily y Spring Studios. Informe de asociación “Uniendo culturas, dando forma a los mercados: la influencia de los chinos de ultramar en el panorama mundial del lujo”. Obtenga su copia hoy en nuestro Informes página.

La comunidad china en el exterior suele encarnar una “identidad híbrida”, que navega sin problemas entre raíces orientales e influencias occidentales. Esta identidad dual fomenta una perspectiva única sobre la cultura, el estilo de vida y los hábitos de consumo, dando forma a un rico tapiz de experiencias.

Para muchos chinos que viven en el extranjero, vivir en el extranjero es un período crucial de autoexploración. Este viaje permite a las personas descubrir facetas de su identidad a través de la exposición a nuevas costumbres e influencias. Como señala Evelyn Li, relaciones públicas e inversora en el sector de la moda en Estados Unidos: “A medida que uno descubre lo vasto que es el mundo, con su miríada de culturas y numerosas formas de vida, se libera de los confines del pasado”.

El distanciamiento de las tradiciones y los modelos sociales locales puede llevar a un replanteamiento de las relaciones con la familia en China. Qianwen Chen, ingeniera de software en Estados Unidos, explica: “Mudarme a Estados Unidos ha supuesto cambios significativos en la forma en que interactúo con mi familia y amigos de mi país. El primer cambio importante es la comprensión y el establecimiento de límites, un concepto muy valorado en la cultura occidental”.

Los padres que crían a hijos nacidos en otros países son muy conscientes de que su educación será diferente a la suya. Li reflexiona: “Como mis hijos nacieron aquí, pueden integrarse fácilmente con sus compañeros de clase de otros países y no perciben distinciones como 'yo soy chino, chino de ultramar, tú eres occidental'”.

A pesar de adaptarse a nuevos entornos, algunas expectativas de China, en particular en torno al éxito académico y profesional, siguen influyendo en sus perspectivas. Jiao Yang, estudiante de posgrado en Estados Unidos, comenta: “Creo que mis padres esperan que encuentre un trabajo estable y bien remunerado, pero yo espero tener un trabajo en el que no haga lo mismo todos los días”.

El contacto con las culturas occidentales suele impulsar a los diásporicos a reevaluar sus raíces orientales, lo que les permite apreciar más profundamente su herencia y sus tradiciones. Tongtong Deng, un artista del Reino Unido, comenta: “Después de haberme formado en Occidente durante muchos años, ahora siento que quiero volver y profundizar en el aprendizaje de la cultura china o las filosofías orientales”.

Para algunos, esta conexión con sus raíces y su identidad se refuerza. David He, un agente inmobiliario en Estados Unidos, dice: “Ahora me siento más chino… al vivir en el extranjero, ciertas cosas me vienen a la mente, me recuerdan algo que leí o un proverbio que aprendí, lo que me hace darme cuenta de que mi forma de pensar está profundamente arraigada en la cultura china”.

La cultura sigue siendo un vínculo vital con la sociedad china para la diáspora, ya que ofrece un sentido de pertenencia e identidad. Existe un deseo creciente entre los chinos en el extranjero de ver su cultura celebrada en un escenario global, lo que influye en las tendencias culturales y los patrones de consumo globales. Samuel Yang, fundador y director creativo de Samuel Gui Yang en el Reino Unido, destaca: “La apreciación de la cultura china puede no tener fronteras: no es necesario provenir de un país determinado o tener un trasfondo cultural y lingüístico para disfrutar de la cultura”.

A diferencia del movimiento guochao en China, la diáspora tiende a tener una visión más equilibrada y se esfuerza por tender puentes entre Oriente y Occidente. Como señala Yang: “Londres y Shanghái son dos ciudades especiales para mí; mi diseño y mi marca sirven como puente cultural entre ellas”.

La cultura china también actúa como un conector dentro de la diáspora, brindando un sentido de pertenencia en medio de la diversidad de experiencias globales. El viaje colectivo de explorar una identidad multicultural fomenta comunidades muy unidas entre los chinos en el extranjero, creando vínculos fuertes basados ​​en el entendimiento mutuo y los desafíos compartidos.

Por ejemplo, el Modern Lady Club de Singapur está formado por 200 miembros originarios de China, entre ellos muchas mujeres profesionales y empresarias. Kaixin Gu, la líder del club, explica: “Algunas integrantes colaboran para iniciar negocios y formar empresas, y logran el éxito mediante la ayuda y el apoyo mutuos”.

Quienes comparten esta perspectiva de doble cultura resuenan más poderosamente con los miembros de la diáspora, quienes aprecian su mentalidad y disposición. Esta cohesión proporciona un entorno fértil para las estrategias de marketing y de boca en boca de los líderes de opinión clave (KOL), lo que mejora la influencia de los chinos de ultramar en la configuración de las tendencias y los patrones de consumo globales.

Las importantes contribuciones económicas y sociales de los chinos de ultramar en estos lugares resaltan su importancia como grupo demográfico clave para las marcas de lujo.

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