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Miles de personas se reunieron el martes por la noche en Bratislava para protestar contra los cambios en los principales puestos culturales administrados por el ministro de cultura de Eslovaquia, una medida que provocó protestas entre artistas y figuras públicas.
Martina Simkovicova ha despedido a los directores de respetadas instituciones culturales, incluidos los del Teatro Nacional Eslovaco y de la Galería Nacional Eslovaca.
Sus decisiones provocaron acusaciones por parte de la oposición de gobernar mediante el miedo y de “purgas” orquestadas para amordazar la libertad artística.
Los organizadores dijeron que alrededor de 18.000 personas protestaron en la plaza principal de la capital a pesar del calor abrasador, muchos de ellos portando carteles que decían: “El arte es gratis” y “No quiero una coalición sin cultura”.
“Vine aquí porque si mantenemos la boca cerrada ahora, es posible que no podamos hablar más tarde”, dijo Vladimir Miadok a la AFP en la manifestación.
“Simkovicova debe irse”, añadió la comercializadora de 31 años.
En la manifestación convocada por los partidos de la oposición se leyó una carta firmada por seis ex ministros de cultura eslovacos condenando la reforma.
Simkovicova proviene del partido nacionalista de derecha SNS, parte de la coalición liderada por el cuatro veces primer ministro populista Robert Fico.
En uno de sus primeros discursos como Ministra de Cultura dijo: “La cultura del pueblo eslovaco debe ser eslovaca, eslovaca y no otra”.
“Ella (Simkovicova) quiere instaurar una era de miedo, reintroducir la era comunista de los años 70”, declaró el martes a la AFP Matej Drlicka, director del Teatro Nacional Eslovaco recientemente despedido.
Simkovicova despidió a Drlicka la semana pasada y su ministerio dijo en un comunicado que había “perdido su confianza” en Drlicka citando su “activismo político”.
Al día siguiente de criticar públicamente el despido de Drlicka, la directora de la Galería Nacional Eslovaca, Alexandra Kusa, también fue despedida por Simkovicova.
Su eliminación provocó una petición pública en línea pidiendo la destitución de Simkovicova de su cargo.
En menos de una semana, unas 178.000 personas firmaron la iniciativa.
En junio, Simkovicova presentó un proyecto de ley para eliminar la televisión pública y la radio RTVS, lo que Reporteros sin Fronteras (RSF) calificó de “un duro golpe a la libertad de prensa en Eslovaquia”.
En junio, al defender el proyecto de ley en el Parlamento, Simkovicova dijo que “la nueva ley mejora las condiciones” de los periodistas que trabajan en los medios públicos.
Pero la ley fue duramente criticada tanto por los organismos de control de los medios como por la oposición, ya que elimina la gestión de los canales de medios públicos y coloca a las emisoras bajo el control del Ministerio de Cultura.
Sus empleados protestaron repetidamente contra los cambios, pero RTVS fue desmantelada a partir del 1 de julio.
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