El intento de los legisladores estatales de escuchar explicaciones sobre el aumento de los costos de los medicamentos recetados para los pacientes y las farmacias se convirtió el miércoles en un acalorado intercambio entre farmacéuticos, legisladores e intermediarios que fijan los precios de adquisición y venta de los medicamentos vendidos a los pacientes.
¿El problema? Si no se hace nada, los pacientes podrían acabar teniendo que comprar medicamentos cada vez más caros o tener que desplazarse más tiempo hasta las farmacias de su red de cobertura. La situación actual también podría dejar a Mississippi sin protecciones legales más sólidas, dijeron legisladores y funcionarios estatales durante una reunión del Comité de Trabajo sobre Políticas de Medicamentos Recetados de la Cámara de Representantes.
“Hay mucha gente que no tiene dinero para la gasolina y no puede conducir 40 kilómetros para comprar sus medicamentos”, dijo la presidenta del comité, Beth Waldo, republicana de Pontotoc. “Muchas veces es una situación de vida o muerte. Es necesario tener medicamentos”.
En el centro del problema, según los farmacéuticos, está la falta de transparencia entre lo que esos intermediarios negocian con los empleadores y los fabricantes de medicamentos y lo que negocian con las farmacias sobre precios y términos contractuales.
Estos intermediarios son los Administradores de Beneficios Farmacéuticos, cuyos representantes durante la reunión refutaron las acusaciones de ser injustos con las farmacias independientes, inflar los precios de los medicamentos, priorizar sus propias farmacias y no negociar las condiciones de adquisición y precios de los medicamentos con las farmacias locales.
Colocaron los temas en manos de las Organizaciones Administrativas de Servicios Farmacéuticos, que representan a las farmacias para negociar con los Administradores de Beneficios Farmacéuticos, los fabricantes de medicamentos que fijan el precio inicial del medicamento antes de que entre al mercado y los empleadores que pagan a los Administradores de Beneficios Farmacéuticos para negociar con las farmacias precios específicos.
“No nos conviene sacar a esta gente del negocio”, dijo Tony Grillo, vicepresidente de análisis financiero de ExpressScripts, uno de los administradores de beneficios farmacéuticos más grandes del país. “Esta es una relación crítica. La parte desafortunada de esta relación es nuestro papel. Cuando un patrocinador de un plan nos contrata, nos contrata para negociar el mejor precio para ellos”.
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Michael Power, representante de la Asociación de Gestión de Atención Farmacéutica, dijo que los administradores de beneficios farmacéuticos también quieren que las negociaciones con las farmacias sean más transparentes. Power también dijo que hay varios factores que influyen en el hecho de que las distintas farmacias reciban precios diferentes.
Varios legisladores dijeron que las explicaciones no eran lo suficientemente buenas.
“He visto casos de farmacéuticos independientes, de mi propio farmacéutico que no pudo surtir mi receta porque le costaba más de lo que estaba pagando”, dijo la representante Stacey Hobgood-Wilkes, republicana de Picayune.
¿Qué es un PBM? ¿Cuáles son algunos de los otros problemas?
Los administradores de beneficios farmacéuticos (PBM, por sus siglas en inglés) actúan como una especie de intermediarios entre las agencias de seguros, los empleadores que pagan los planes de salud de los empleados y las farmacias que pagan los honorarios de facilitación. También regulan cuáles de los productos de los fabricantes de medicamentos están en una lista de productos aprobados dentro de la red de salud de los empleados de un patrocinador del plan.
Los tres PBM más grandes de los EE. UU. son CVS/Caremark, ExpressScripts y OptumRx. Por lo general, ganan dinero al obtener reembolsos y descuentos de los fabricantes de medicamentos para aprobar productos, además de pagar a las farmacias menos de lo que cobran a los empleadores y las aseguradoras. Los PBM también pueden recuperar los reembolsos a las farmacias por incumplir los términos de un contrato.
A principios de este año, la Comisión Federal de Comercio publicó un informe que detalla cómo los PBM tienen incentivos para trabajar con sus farmacias afiliadas más que otros, lo que dejó a las empresas locales sin influencia para negociar el precio de los medicamentos o los términos y tarifas de reembolso.
Bob Lomenick, propietario de una farmacia en Holly Springs, dijo que uno de los mayores problemas que ha enfrentado es no estar en la mesa con las empresas para negociar.
“Nos dan contratos que se aceptan o se dejan”, dijo Lomenick. “Si reciben el 90% de las recetas y me envían un contrato que no acepto, entonces tengo muchos pacientes que no pueden acudir a mi farmacia. He trabajado en mi farmacia durante más de 40 años. Nunca, ni una sola vez, he podido negociar un contrato (con los PBM)”.
¿Qué soluciones se están considerando ahora?
Un proyecto de ley en la Sesión 2024 que buscaba abordar los PBM fue rechazado después de que grupos de interés que representaban a empresas del sector bancario presionaron en su contra, por temor a que la legislación aumentara los costos comerciales, dijo Waldo.
Además de los farmacéuticos que piden más transparencia, los funcionarios de la Junta de Farmacias de Mississippi pidieron que se agreguen más fuerza a las leyes estatales que regulan a los PBM, incluidas formas para que la junta emita multas más equitativas por las infracciones y persiga a los infractores.
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“Simplemente se trata de tapar algunos agujeros aquí y allá para que pueda resistir los desafíos legales”, dijo Todd Dear, director asociado de la Junta de Farmacia de Mississippi.
Waldo dijo que el comité planearía hacer recomendaciones finales sobre lo que debería hacer la Legislatura después de que concluya varias audiencias más a finales de este año.
Grant McLaughlin cubre temas del gobierno estatal para el Clarion Ledger. Puede comunicarse con él en gmclaughlin@gannett.com o al 972-571-2335.
