Cómo volver a enamorarse

Respira profundamente. Abre la puerta del bar. Piensa en salir corriendo, pero ve y siéntate frente a unos ojos amables que sabes que nunca volverás a ver. Intenta disfrutar de todos modos. Tropieza con tus palabras y finge reírte demasiadas veces antes de darte cuenta de que aún no estás listo para estar allí. Bebe el resto de tu Two Hearted y pide la cuenta. Paga tu propia cuenta y agradécele por su tiempo antes de darle un abrazo de despedida. Camina solo hasta tu auto, apoya la cabeza en el volante y llora.

De camino a tu apartamento, pon a todo volumen “Broken Clocks” de SZA y piensa en tu propio error de sincronización. En cómo siempre pareces captar las señales un poco tarde o caer antes de que alguien esté ahí para atraparte.

En contra de tu mejor criterio, desliza una y otra vez la pantalla de Hinge cuando te metas en la cama esa misma noche. Empieza a cuestionarte si esa es realmente la única forma de conocer a alguien nuevo. Ruega a Dios que no lo sea. Detesta a tu generación. Borra la aplicación. Vete a dormir y sueña con la persona que te rompió el corazón. Despierta más cansado que antes.

Sigue tu jornada laboral a toda velocidad. Decide que te vas a concentrar solo en ti mismo por un tiempo, en tu carrera, en tu salud, en tu perro, cualquier cosa pero encontrar el amor. Pasar tiempo a solas; pasar un lote de tiempo a solas. Deja de salir los viernes por la noche y tómate más tiempo de lo habitual para responder los mensajes a tus amigos.

Olvida quién eres. Desea ser otra persona. Decide que lo odias. Reconoce que te estás mintiendo a ti misma, pero sigue mintiendo de todos modos. Deja que te inspire la mayor ira que hayas sentido jamás. Agotate al darte cuenta de que no era tan malo y de que, a veces, las cosas hermosas simplemente terminan y no hay nada que puedas hacer al respecto, excepto aprender a vivir con ese hecho.

Descubre cómo vivir con ello. Date una oportunidad. Vuelve a descargar Hinge. Prueba Bumble mientras estás en ello. Recuerda que un corazón roto es una señal de que lo intentaste. Vuelve a intentarlo. Deja que te ignoren. Tómate un descanso. Tómate tu tiempo. Desliza. Deja espacio para la soledad. Acepta la incertidumbre. Aprende a disfrutar sinceramente de tu propia compañía.

Contempla adónde va el amor cuando se va. Pregúntate si tal vez siempre existirá, incluso si no está aquí ahora mismo. Ten fe en que te cruzarás con él nuevamente. Abre tu corazón nuevamente. Date cuenta de que no era el indicado; date cuenta de que no existe tal cosa como “el indicado” porque nuestros corazones son infinitamente expansivos y siempre hay lugar para más amor.

Recuerda cómo te animó a mantenerte erguido y no encorvarte tanto. Sonríe al recordar la noche absurda en la que metiste a escondidas los cañones de Fireball en el cine. Recuerda cómo se quedó dormido. Agradece que haya sucedido. Alégrate de que los dos chocaran una vez.

Entiende que el tiempo en sí no cura, pero lo que hacemos con el paso de las horas sí. Cree que existe un tipo de amor diferente a los que experimentaste antes. Acepta que algunas historias de amor terminan, pero aún puedes consultar sus páginas. Todavía puedes apreciarlo por lo que fue, cuando fue.

Respira profundamente. Abre la puerta del bar. Camina directo hacia el tipo de pelo enmarañado y toma asiento. Quédate allí cuatro horas riendo hasta que te duela el estómago. Date cuenta de que así es como empieza todo. Espera que continúe. Siente fe en que así será.



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