“Dado que necesitamos que el mercado chino permanezca abierto, también anhelamos mantener abierto el mercado europeo”, dijo.
Alemania, que se espera que sea la más afectada por posibles represalias de Beijing, ya ha presionado intensamente contra los aranceles.
“La industria también hizo declaraciones bastante claras de que los aranceles, como sugiere ahora la UE, no aumentarán la competitividad de la industria automotriz. Por lo tanto, nosotros (…) abogamos por invertir en la competitividad de la Unión Europea, en lugar de tratar de proteger la industria automotriz (con aranceles)”, dijo Butek.
Es probable que los nuevos aranceles desencadenen intensas negociaciones entre Beijing y Bruselas, y China ha prometido tomar contramedidas. La UE debe decidir en noviembre si adopta los aranceles de forma permanente.
Robert Habeck, vicecanciller y ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática de Alemania, iniciará el jueves una visita de dos días a China, con negociaciones sobre las tarifas de los vehículos eléctricos como una de las principales prioridades de su agenda.
Hasta la fecha límite final en noviembre, “esperamos que China y la Unión Europea todavía puedan encontrar caminos a través de negociaciones que sean bastante justos”, dijo Butek.
“La cuota de mercado de los vehículos eléctricos chinos en la Unión Europea es todavía tan pequeña que creo que hay suficiente espacio para negociar en lugar de fomentar estas escaladas arancelarias”, afirmó.
Añadió que los fabricantes de automóviles alemanes en China no ven los “subsidios injustos del gobierno” –la base de la decisión de la UE– como un desafío operativo importante.
Pero dijo que el gobierno alemán debería seguir presionando por una competencia justa para sus empresas que operan en China, especialmente porque las empresas chinas de la industria automotriz ya son vistas como líderes tecnológicos.
“Las empresas alemanas necesitan que los responsables políticos tomen medidas para establecer igualdad de condiciones y proporcionar un entorno regulatorio transparente en China”, dijo Clas Neumann, presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio Alemana en China Oriental.
También el viernes, la cámara publicó los resultados de una reciente encuesta empresarial realizada en mayo. Demostró que, aunque las empresas alemanas que operan en China están aumentando sus expectativas de facturación, el optimismo sobre la economía china ha tardado en volver.
La presión de los precios ha sido el mayor desafío al que se han enfrentado las empresas alemanas este año, especialmente en las industrias del automóvil y de la maquinaria, según la encuesta, que se llevó a cabo entre 186 empresas miembro.
“Tenemos cada vez más competidores locales a la par de nuestras propias empresas”, afirmó Neumann. “Por lo tanto, ahora existe una presión de precios significativa dentro de los mercados debido a un mayor número de competidores o una mayor producción de productos de esos competidores”.
Esta competencia se ha visto magnificada por la débil demanda en China y en el extranjero, añadió.
El sector automotriz de China ha estado involucrado en una guerra de precios durante los últimos dos años, y los fabricantes de vehículos eléctricos continúan intensificando su apuesta por una porción mayor del mercado automovilístico más grande del mundo.
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Según la encuesta, tres cuartas partes de las empresas alemanas informaron sobre un exceso de capacidad en sus industrias en China; alrededor de la mitad de estas empresas dijeron que el exceso de capacidad solo se había visto desde el año pasado, y el 96 por ciento dijo que el exceso de capacidad estaba afectando su negocio.
Las perspectivas empresariales también parecían estar mejorando ligeramente: el 38 por ciento de los encuestados anticipaba un empeoramiento de la situación de su industria en comparación con 2023, una disminución significativa con respecto al 52 por ciento en septiembre.
Y el 29 por ciento de los encuestados esperaba que las perspectivas de su industria mejoraran en comparación con 2023, un ligero aumento de 8 puntos porcentuales desde septiembre.
Mientras tanto, el 39 por ciento de las empresas proyectó que su facturación aumentaría en 2024 en comparación con el año pasado, frente al 13 por ciento en septiembre del año pasado.
Aún así, sólo el 53 por ciento de los encuestados planeaba aumentar sus inversiones en China en los próximos dos años (frente al 61 por ciento en septiembre), mientras que el 16 por ciento buscaba invertir menos.
