Por Alistair Smout, Andrew MacAskill y Elizabeth Piper
LIVERPOOL, Inglaterra (Reuters) – La ministra de Finanzas británica, Rachel Reeves, descartó el lunes un “regreso a la austeridad”, tratando de alegrar el tono sombrío que su partido ha adoptado desde su aplastante victoria electoral en julio.
El Partido Laborista había estado debilitando las expectativas al decirles repetidamente a los británicos que los conservadores salientes, que impusieron un programa radical de “austeridad” de recortes en respuesta a la crisis financiera de 2008, habían dejado un enorme vacío en las finanzas públicas, e insinuando recortes del gasto en el futuro.
En cambio, hablando en la conferencia anual del partido, Reeves pintó un panorama -lleno de esperanza pero escaso de detalles- de una Gran Bretaña más rica gracias a la inversión en manufacturas y servicios, donde el trabajo pagara un salario decente y las nuevas generaciones pudieran prosperar.
Pero no dio ningún plazo para determinar cuándo Gran Bretaña podría ver el tipo de crecimiento y nuevos empleos que describió, y volvió a decir que tendría que tomar decisiones más difíciles como la muy criticada de recortar los pagos de combustible de invierno para los jubilados.
Reeves dijo en una conferencia abarrotada en la ciudad de Liverpool, en el norte de Inglaterra: “No habrá vuelta a la austeridad. La austeridad conservadora fue una elección destructiva para nuestros servicios públicos, y también para la inversión y el crecimiento”.
“Debemos hacer frente al legado del Partido Conservador y eso implica tomar decisiones difíciles. Pero no permitiremos que eso opaque nuestra ambición para Gran Bretaña”.
Justificó el recorte en los pagos de combustible enumerando lo que dijo fueron los fallos del gobierno anterior, incluyendo un agujero de 22.000 millones de libras (29.000 millones de dólares) en las finanzas públicas.
“Sé que no todos en esta sala ni en el país estarán de acuerdo con cada decisión que tome. No eludiré esas decisiones: ni por conveniencia política ni por ventaja personal”, afirmó.
“Créanme cuando les digo que mi optimismo por Gran Bretaña es más intenso que nunca. Mi ambición no conoce límites porque puedo ver el premio que nos espera si tomamos las decisiones correctas ahora”, añadió, anunciando el lanzamiento de clubes de desayuno gratuito para niños de escuelas primarias.
Su mensaje más optimista parecía tener como objetivo mejorar el ánimo en un momento en que el gobierno ha estado bajo presión para explicar por qué los ministros aceptaron donaciones para ropa.
Una encuesta realizada la semana pasada que indicaba que la confianza del consumidor se había desplomado ha dado lugar a acusaciones de que Reeves y el primer ministro Keir Starmer están en realidad dañando la economía con una visión excesivamente pesimista.
OPCIONES DIFÍCILES
Reeves dijo que no volver a la austeridad significaba que, a pesar de algunas decisiones difíciles, habría un crecimiento en el gasto público general bajo el gobierno laborista.
Ella dijo nuevamente que el gobierno no aumentaría el impuesto sobre la renta, los pagos de la seguridad social del Seguro Nacional, el impuesto al valor agregado o el impuesto de sociedades.
Pero dijo que la estabilidad política era clave para atraer la inversión empresarial que Gran Bretaña necesitaba y que, con una deuda gubernamental que representaba el 100% de la producción económica, las empresas tendrían que contribuir más.
En una señal de los desafíos que se avecinan, las enfermeras del Servicio Nacional de Salud inglés votaron el lunes para rechazar un aumento salarial del gobierno para 2024/25.
Reeves dijo que el gobierno intentaría recuperar dinero nombrando un comisionado anticorrupción de COVID para investigar más de 650 millones de libras en contratos pandémicos otorgados por el gobierno anterior en lo que dijo fueron circunstancias excepcionales.
Los críticos dicen que la empresa concedió contratos a amigos y favoritos, a veces para adquirir equipos de protección personal que resultaron inutilizables.
