La ilustradora Nina Izycka, una narradora nata, crea imágenes orgánicas con su característico estilo suave y tintado con la motivación de “despertar la sensibilidad y la empatía”. Centradas en gran medida en el mundo natural, las plantas, personajes y criaturas ilustradas por la artista son parte de un colorido paisaje visual que simboliza sus esperanzas de “transmitir los ideales de respeto y apoyo entre las personas, los animales y la naturaleza”. También son una forma de capturar a todos los personajes, (grandes o pequeños), que encuentra en el camino.
Cuando habla de lo que influye en su estilo y la cálida sensación de asombro infantil en su trabajo, dice: “Me inspira el mundo cotidiano, social, cultural y emocional. Me apasiona el arte popular de diferentes culturas, el art brut, el movimiento artesanal y el arte medieval. Mi gran influencia, sin embargo, es la era soviética y polaco-socialista de la ilustración de carteles y libros infantiles”.
Apasionada por todo lo natural y físico, cada una de las obras de Nina está pintada a mano con gouache o acuarela, o modelada con lápices de colores y técnicas de impresión manual. “Experimento mucho en mi trabajo”, dice. “Utilizo colores planos y elementos de collage, así como recortes (…) A menudo combino técnicas tradicionales y digitales”. Para la artista, tanto el risógrafo como la serigrafía se han convertido en parte integral para traducir la apariencia artesanal de su estilo de ilustración a la impresión al realizar sus revistas y libros de artista autoeditados. Repensando constantemente su proceso creativo y probando diferentes técnicas para construir su mundo, la artista comparte: “El proceso siempre me da mucha alegría y energía. Crear es divertido y está lleno de descubrimientos constantes para mí”.
