Seguridad ante todo: En la encuesta de 2024, el 78 % de los encuestados seleccionaron “seguro y protegido” como uno de los tres principales principios éticos de la tecnología, un aumento del 37 % con respecto a los encuestados del año anterior. En cuanto a las preocupaciones en torno a la IA, el 40% de los encuestados calificó la privacidad de los datos como su principal preocupación.
Generar confianza entre los empleados es un desafío: La confianza en la propia organización y sus tecnologías emergentes puede estar disminuyendo y siendo más pronunciada en las generaciones más jóvenes. En 2023, el 87 % de los millennials y el 81 % de los encuestados de la Generación Z informaron que estaban de acuerdo con los mensajes éticos de su organización; en 2024, esas cifras disminuyeron al 77% y 65%, respectivamente.
La reputación es lo más importante: Cuando se les pidió que clasificaran los posibles resultados negativos para las organizaciones si no se siguen los estándares éticos para las tecnologías emergentes, los encuestados calificaron el daño a la reputación (82%), el daño financiero (66%) y las sanciones regulatorias (60%) como sus tres principales preocupaciones.
La formación en ética tecnológica va en aumento: La inversión en capacitación en ética tecnológica está aumentando: el 80 % de los encuestados deben completar una capacitación obligatoria en ética tecnológica, un aumento del 7 % desde 2022. Además, el 67 % de los encuestados informaron que su organización proporciona herramientas internas para familiarizar a los empleados con la IA.
“La disponibilidad y adopción generalizada de la IA de generación puede haber aumentado la familiaridad y la confianza de los encuestados en la tecnología, generando optimismo sobre su potencial para el bien”, dijo Beena Ammanath, directora ejecutiva del Global Deloitte AI Institute y líder confiable de IA, Deloitte LLP.
“Los continuos sentimientos de cautela sobre sus riesgos aparentes subrayan la necesidad de marcos éticos específicos y evolucionados que permitan un impacto positivo. Líderes éticos designados, grupos de trabajo diversos, capacitaciones y herramientas internas de inteligencia artificial son métodos que deben aplicarse simultáneamente para ayudar a aumentar el ritmo y el éxito de los esfuerzos de orientación ética”, añadió Ammanath.
