“Las condiciones del mercado de productos como casas y automóviles tienen un mayor impacto en la estabilidad económica”, dijo Zheng Xinli, ex subdirector de la Oficina Central de Investigación de Políticas del partido.
Hizo estas declaraciones en un comentario el mes pasado para Study Times, un órgano de la Escuela Central del Partido, el principal centro de formación ideológica del país para funcionarios prometedores.
“Necesitamos mejorar la gestión de los canales de producción y ventas, no imponer restricciones administrativas apresuradamente y crear un entorno político favorable para el crecimiento sostenible de las industrias inmobiliaria y automovilística”.
El artículo fue publicado antes del histórico tercer pleno del Comité Central del partido, previsto para julio. Las expectativas de reforma económica son altas, ya que las caídas en la producción fabril, las compras de propiedades y el gasto de los consumidores están frenando una recuperación post-pandemia a pleno rendimiento para la segunda economía más grande del mundo.
El investigador también pidió ampliar los sectores de servicios como la educación, el turismo, la cultura, el derecho y los deportes, diciendo que todos tienen un “enorme potencial” para servir como nuevos motores de crecimiento a medida que los incondicionales tradicionales flaquean.
China está enredada en preocupaciones sobre la presión deflacionaria mientras la demanda interna sigue débil. El índice de precios al consumidor (IPC) del país ha roto filas con la mayoría de las economías occidentales, manteniéndose cerca de cero desde abril pasado en contraste con la alta inflación de esos países. Se expandió un 0,3 por ciento interanual en mayo, todavía muy por debajo del objetivo del gobierno del 3 por ciento.
Mientras tanto, el Índice de Desempeño del Comercio Minorista de China, un barómetro del sentimiento del sector minorista, se situó en abril en un máximo de 12 meses del 50,4 por ciento, lo que refleja las garantías de Beijing de que expandiría la demanda interna e impulsaría la economía en general, un papel que antes desempeñaba la industria manufacturera.
El economista recomendó además formar equipos de investigación tecnológica y empresas “súper fuertes” con capacidad de innovación, utilizando políticas fiscales y financieras para apoyar la inversión en investigación y desarrollo de alta tecnología.
Zheng, de 79 años, fue uno de los primeros defensores de la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, con sede en Beijing, un banco de desarrollo multilateral que ahora cuenta con 109 países miembros. En una entrevista con la Fundación Ma Hong, dijo que participó en la redacción de cuatro documentos de reforma elaborados en sesiones plenarias anteriores.