Absolutamente Abby: la cultura de seguridad protege a la clase trabajadora

La cultura de la seguridad se ha utilizado como palabra de moda en Estados Unidos este año. De los problemas del sistema de batería de El 787 Dreamliner de Boeing al mortal brote de listeria relacionado con cabeza de jabalíestá claro que la seguridad es un tema crítico que merece nuestra atención.

Según Eunice Arcilla Caburao, portavoz de cultura de seguridad, “La cultura de seguridad se define como las creencias, percepciones y valores colectivos que comparten los miembros de una organización con respecto a la seguridad. También incluye las prácticas que surgen de esas actitudes, como mejorar la conciencia espacial para mitigar los riesgos de manera proactiva”.

Una cultura de seguridad sólida es crucial para prevenir accidentes, garantizar el bienestar de los empleados, mantener el cumplimiento normativo y proteger la reputación de una organización.

Durante las audiencias del Senado de Boeing, el Congreso expresó serias preocupaciones sobre la cultura de seguridad de la compañía luego de los accidentes del 737 MAX.

Los senadores enfatizaron la necesidad de responsabilidad por parte del liderazgo de Boeing, insistiendo en que el liderazgo debería “dejar de pensar en la próxima convocatoria de ganancias y comenzar a pensar en la próxima generación”, según el senador Richard Blumenthal (D-CT). Cuestionaron si supervisión de la FAA fue adecuado y destacó la necesidad de proteger a los denunciantes, señalando casos en los que los empleados se sintieron presionados a priorizar la producción sobre la seguridad.

Senador Josh Hawley (R-MO) dijo que las “prioridades (estaban) fuera de lugar” del director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, y que es hora de que la compañía “vuelva a fabricar aviones de calidad”.

Senadora Maggie Hassan (D-NH) dijo que Boeing “no sólo no ha logrado mantener los más altos estándares de seguridad, sino que parece que Boeing ha fomentado una cultura que censura a las personas que intentan hablar y ayudar”. En última instancia, el comité del Senado reconoció la necesidad urgente de una reforma para fomentar una cultura de seguridad sólida dentro de la empresa.

Ahora, Boar's Head, un proveedor de embutidos, quesos y condimentos, enfrenta cargos tanto penales como civiles debido a un brote mortal de listeria. 59 personas han sido hospitalizadas y se sabe que 10 han muerto hasta el momento, según el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La controversia que rodea a Boar's Head es un crudo recordatorio de las consecuencias de descuidar estos principios.

De acuerdo a El Correo de Washington“Las áreas de trabajo sucias, los equipos viejos y la limpieza desordenada en la planta de Jarratt pueden haber convertido algunos de sus productos en bombas de tiempo microbianas a punto de explotar”. Esta situación refleja una falta de priorización de la seguridad, lo que resultó en controles inadecuados que permitieron que Listeria monocytogenes prosperara.

Tener una mala cultura de seguridad tiene efectos duraderos en los estadounidenses de clase trabajadora. Por ejemplo, Sam Salehpour, ex ingeniero de calidad de Boeing, “fue ignorado y enfrentó represalias, incluidas amenazas de violencia física por parte de un supervisor” cuando expresó su preocupación por los “atajos” que tomó Boeing para garantizar que se cumplieran los objetivos de producción, según El Washington Post.

Además, a pesar de querer trabajar cinco años más, Ed Piersonun denunciante de Boeing, se retiró anticipadamente debido a preocupaciones en torno al liderazgo de la compañía y preocupaciones “de que Boeing estuviera enviando aviones inseguros por la puerta”.

La mala cultura de seguridad de Boar's Head está afectando aún más a la pequeña ciudad de Jarratt, Virginia. La planta, a menudo denominada el “corazón económico de la comunidad”, ha creado malestar entre los residentes luego de informes que la vinculan con 10 muertes por infección de listeria, según Alejandro Stithresidente de Jarratt.

El cierre temporal de la instalación ya ha provocado un declive económico que ha afectado a las empresas locales que dependían de la fuerza laboral de la planta. Ante la dificultad de conseguir empleos bien remunerados, los residentes temen que la pérdida de este empleador crucial tenga consecuencias duraderas para su comunidad. La situación pone de relieve cómo la falta de énfasis en la seguridad puede afectar a una comunidad, poniendo en peligro los medios de vida y la salud pública.

El incidente de Boar's Head ilustra cómo una mala cultura de seguridad puede generar importantes riesgos para la salud de los consumidores y graves repercusiones legales para las empresas, muy similares a los problemas que enfrentó Boeing tras los accidentes del 737 MAX. Ambos casos resaltan la necesidad crítica de que las organizaciones prioricen la seguridad sobre las presiones de producción.

Fomentar una cultura de seguridad sólida es esencial para que las empresas mitiguen los riesgos, garanticen el cumplimiento y protejan su reputación. Esto es especialmente cierto en la industria alimentaria, donde defiende la integridad del producto y la salud pública a través de estándares de higiene, capacitación efectiva y monitoreo constante para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos y mantener la confianza de los consumidores.

Es hora de que las empresas estadounidenses den un paso adelante y den el salto para priorizar la cultura de seguridad en todos los aspectos de sus operaciones. Al comprometerse con prácticas transparentes, capacitación rigurosa y gestión proactiva de riesgos, las empresas pueden proteger a sus empleados y clientes al mismo tiempo que fomentan la confianza y la responsabilidad.

Abby Waechter es una estudiante de tercer año que estudia comunicaciones estratégicas en la Universidad de Ohio. Tenga en cuenta que los puntos de vista y opiniones de los columnistas no reflejan los de The Post. ¿Tienes algo que decir? Envíele un correo electrónico a aw087421@ohio.edu o envíele un tweet @AbbyWaechter.



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