En su libro, Martín González y Joshua Yellin exploran por qué tantas nuevas empresas fracasan y qué hacen bien las que tienen éxito.
Muchos emprendedores se inspiran en concepciones románticas de lo maravillosa que puede ser la vida de una startup y están buscando una salida a la cultura típica de una gran empresa. Sueñan con deshacerse de la burocracia, las jerarquías, las políticas irrelevantes, las desigualdades injustas y todas las demás irritaciones corporativas. El atractivo de reinventar todo esto es especialmente fuerte para los fundadores que se ven a sí mismos como disruptores inconformistas. Si cree que es posible reinventar un producto, servicio o industria, es fácil extender ese pensamiento a reinventar la forma en que se gestiona a las personas. Muchas prácticas corporativas pueden parecer tan obsoletas como una máquina VHS en la era del streaming.
