California se autodenomina el Estado Dorado, pero su gobierno es puro plomo. Nunca un área con tantas ventajas (clima y belleza natural) ha sido tan mal administrada por sus políticos. Los daños fiscales y regulatorios que infligen son continuos, razón por la cual empresas y personas están huyendo del estado.
Pero los equipos de demolición regulatorios en Sacramento todavía están en eso: están planeando prohibir en última instancia las locomotoras propulsadas por diésel, a pesar de que la tecnología de baterías necesaria no existe.
Este episodio de What's Ahead analiza el desastre impío que está creando California y por qué, si no se detiene, nos causará un gran daño a todos. La singular ineptitud del transporte de Sacramento se pone de manifiesto con su propuesta de sistema ferroviario de alta velocidad de 463 millas que conectaría San Francisco y Los Ángeles, que ya lleva diez años de retraso y está irremediablemente por encima del presupuesto.