Por Marcela Ayres y Bernardo Caram
BRASILIA (Reuters) – El Gobierno brasileño se está preparando para implementar medidas para frenar el gasto obligatorio después de una segunda ronda de elecciones municipales a finales de mes, dijeron a Reuters dos funcionarios del Ministerio de Finanzas.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha centrado en gran medida en restablecer el equilibrio fiscal del país con más ingresos tributarios desde que asumió el cargo el año pasado.
Sin embargo, las fuentes dicen que su gobierno ahora está analizando controles de gasto para alcanzar los objetivos presupuestarios y estabilizar la deuda bruta por debajo del 80% del producto interno bruto (PIB).
Los inversores y economistas privados se han mostrado escépticos sobre la capacidad de Lula para cumplir sus promesas presupuestarias, con las tasas de interés aumentando en Brasil y el presidente izquierdista cauteloso a la hora de apretarse el cinturón mientras encuestas recientes muestran que su popularidad está bajo presión.
Lula reiteró en una entrevista radial el viernes que su objetivo es ampliar una exención del impuesto sobre la renta para los brasileños pobres, prometiendo cumplir esa promesa electoral al final de su mandato en 2026.
Esa exención ha llamado la atención después de que el periódico Folha de S. Paulo informara que el gobierno podría aumentar los impuestos a los millonarios para compensar su impacto fiscal estimado en 35 mil millones de reales.
Sin embargo, una de las fuentes dijo que el equipo económico del gobierno considera más urgente la introducción de controles de gasto. Una segunda fuente del ministerio dijo que la contención de los gastos obligatorios tiene como objetivo fortalecer el marco fiscal de Brasil, creando espacio para el gasto discrecional.
La rápida expansión de los gastos obligatorios, como los salarios y las pensiones públicas, está exprimiendo las inversiones y otros programas debido al límite de gasto impuesto bajo el nuevo marco.
Después de comenzar a controlar los gastos limpiando los registros públicos y combatiendo el fraude en los programas sociales, el gobierno ahora está preparando iniciativas que requerirán la aprobación del Congreso, dijo la primera fuente.
Al paquete inicial, centrado en gastos específicos, probablemente le seguirá un segundo conjunto “más duro” de propuestas más estructurales, añadió la fuente, sin dar detalles.
Desde el mes pasado, funcionarios del gobierno han dicho que las reglas que rigen el llamado programa BPC están bajo escrutinio. Ese beneficio -el segundo programa social más grande de Brasil- está dirigido a personas mayores de 65 años y personas con discapacidades cuyo ingreso familiar per cápita es a menudo inferior a una cuarta parte del salario mínimo.
El proyecto de presupuesto de 2025 asigna 112.900 millones de reales al programa, un aumento del 12,7% respecto a este año.
($1 = 5,61 reales)
