La Agencia Coordinadora de Energía capacita a más de 200 personas cada año como analistas de edificios, instaladores de paneles solares y técnicos comerciales de calefacción, ventilación y aire acondicionado.
Dentro de un almacén reformado en uno de los barrios más pobres de Filadelfia, los estudiantes rodean a Jackie Robinson mientras él les pregunta sobre una caldera de los años 80. Aunque encontrarán equipos más antiguos como este, el programa es de vanguardia y tiene como objetivo capacitar a las personas para trabajar en hogares de manera que aborden cambio climático y hacer energía limpia asequible.
Más de 3,3 millones de personas trabajan en la industria de la energía limpia y el número está creciendo rápidamente. Pero a Robinson, instructor de oficios de la construcción, le preocupa que eso no se entienda ampliamente.
“Muchas personas de bajos ingresos ni siquiera saben que existen estos trabajos. . . se trata de hacer correr la voz”, dijo.
Además de ampliar una fuerza laboral importante, las oportunidades profesionales sólidas también reducen la reincidencia. La propia transición de Robinson a la fuerza laboral de energía limpia y, en última instancia, a esta organización sin fines de lucro, la Agencia Coordinadora de Energía, se produjo durante su estancia en prisión.
