Reformar una economía basada en la guerra

El año que viene alcanzaremos el techo de deuda y los límites de responsabilidad fiscal expirarán. Nos enfrentaremos a algunas decisiones desafiantes. Este año, el presupuesto del Departamento de Defensa fue del 3,5% de nuestro PIB, y el del Departamento de Estado/USAID fue del 0,234%. Esta discrepancia y la continua incapacidad del Pentágono para realizar una auditoría limpia son inaceptables.

La fuerza es una herramienta necesaria para la paz, pero no es la única. Debemos invertir mucho en diplomacia y ayuda exterior. No debemos continuar con una mentalidad de Guerra Fría en un mundo que está cambiando rápidamente. La única manera de sobrevivir es colaborando unos con otros, utilizando la violencia patrocinada por el Estado como último recurso.

Los senadores King y Collins han hecho muchas cosas importantes para Maine y nuestro país, pero su verdadero legado será el final. La seguridad basada en la intimidación nuclear no es seguridad real. Nuestra estrategia actual ha comprometido nuestra preparación. El presupuesto del DOD es casi igual a nuestra deuda nacional (1 billón de dólares). Los fondos deben asignarse de manera más inteligente: nuestra esperanza de vida promedio es menor que en varios otros países, nuestra tasa de mortalidad materna e infantil es más alta, nuestros jóvenes están tambaleándose y el cambio climático nos hace enfrentar incendios e inundaciones. Necesitamos abordar la estrategia de nuestra nación para que refleje nuestros valores y nuestra seguridad, lo que no debería implicar relaciones de confrontación y una economía basada en la guerra.

Débora de Rivera
Brunswick

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