Teniendo en cuenta su prominencia en los pasillos de las farmacias, los grandes almacenes de alta gama y las redes sociales, el término “belleza limpia” ha logrado hacer mucho ruido con muy poco consenso sobre lo que realmente significa.
No existe una definición formal para belleza limpiaaunque generalmente denota la ausencia de ciertos químicos dañinos en las listas de ingredientes del producto.
La Unión Europea ha prohibido y restringido severamente más de 2.000 ingredientes en total dentro de la categoría de cosméticos, mientras que Estados Unidos restringe 11. La Dirty List™ de la cadena estadounidense Credo Beauty enumera más de 2.700 sustancias químicas que la empresa prohíbe o restringe en los productos que vende, señala la periodista y crítica de belleza Jessica DeFino. En cambio, añade, la Clean Fresh Collection de productos veganos de la marca de maquillaje estadounidense CoverGirl está libre de cinco ingredientes: sulfatos, formaldehído, ftalatos, parabenos y talco.
Si bien las marcas suelen decir que los productos son “limpios”, la demanda tiene un origen válido: los consumidores son cada vez más cautelosos con respecto a las cosas que ponemos en nuestro cuerpo. A lo largo de los años, los informes sobre carcinógenos y otros contaminantes encontrados en productos de belleza aumentaron la ansiedad colectiva, mientras que personalidades como Gwyneth Paltrow y su controvertida marca de bienestar Goop ayudaron a catapultar el eje bienestar-belleza a la cultura popular.
Por lo tanto, no es de extrañar que la gente esté preocupada. Un 2024 encuesta Un estudio realizado por el Centro de Mesotelioma a 1.000 estadounidenses reveló que el 45% de las personas están preocupadas por los peligros de los cosméticos no regulados, mientras que el 46% de quienes usan maquillaje con frecuencia revisan los ingredientes de los cosméticos antes de realizar una compra.
A medida que las marcas se aprovechan de la oportunidad que ofrece la belleza limpia, es fácil caer en el alarmismo y el lavado de imagen ecológico. A continuación, analizamos algunas cuestiones clave para explicar el impacto ambiental y social de la belleza limpia, y cómo los consumidores pueden priorizar la seguridad de los ingredientes sin dejarse llevar por la vorágine de marketing de las grandes empresas de belleza.