Recuperar el juego en la edad adulta
El mayor error sobre el juego es que es algo que se supone que debemos superar con la edad. Pero la verdad es que nunca somos demasiado mayores para jugar. De hecho, las investigaciones muestran que participar en actividades lúdicas, especialmente aquellas que implican el uso de las manos y la interacción social, puede tener efectos profundos en la salud mental. Construir un rompecabezas, experimentar con el arte o incluso lanzar una pelota con un amigo son formas de incorporar el juego a nuestras rutinas diarias. Estas actividades aparentemente pequeñas tienen un enorme potencial para cambiar nuestra forma de pensar y mejorar nuestro bienestar.
Participar en el juego también nutre las partes de nosotros que se aferran a pasiones de toda la vida. Esos pasatiempos y actividades creativas de las que nos enamoramos cuando éramos niños pueden sostenernos a través de las presiones de la vida adulta. La muralista Esme Lower, radicada en Bristol, aporta este enfoque cuando diseña murales para espacios públicos. “Me inspiran los dibujos animados de mi infancia y siempre intento hacerme reír cuando esbozo ideas inicialmente”, dice. “Normalmente termino en una madriguera de conejo donde el diseño final es algo totalmente diferente de la idea inicial. Este enfoque me ayuda a encontrar alegría en el proceso y preocuparme menos por el resultado”. Para Esme, la alegría no se trata sólo de divertirse: también le permite abordar temas políticos de una manera dinámica y enérgica, combinando humor con activismo en sus murales inspirados en cómics.
El fotógrafo Johnny Man también explora esta idea en su propio proceso creativo. Para Johnny, la fotografía comenzó como una forma de documentar su entorno, pero evolucionó hasta convertirse en una actividad profundamente divertida y significativa. “La fotografía me permite ver el mundo a través de una lente diferente, literal y figurativamente. Cada vez que tomo la cámara, juego con la luz, la composición y la perspectiva, lo que me mantiene curioso y entusiasmado con el trabajo”, explica Johnny. Su enfoque de la fotografía combina la habilidad técnica con la misma curiosidad lúdica que tenía cuando era niño, manteniendo viva la chispa creativa y al mismo tiempo permitiéndole encontrar significado en el mundo que lo rodea.
Creatividad y comunidad
Hasta ahora, hemos considerado el juego principalmente como algo que hacemos solos, pero las actividades grupales pueden ayudar a fortalecer los vínculos y crear un sentido de comunidad. Nos recuerda que no estamos solos en este gran y a veces abrumador mundo de la edad adulta. El juego, cuando se comparte, puede unir a las personas de maneras inesperadas y alegres, creando espacios donde prosperan la conexión y la creatividad.
Esme aprovecha este poder colectivo del juego a través de sus obras de arte al aire libre centradas en la comunidad. Para ella, crear murales no se trata sólo de hacer arte hermoso, sino de fomentar una sensación de alegría y conexión dentro de los vecindarios donde trabaja. Cuando pinta estas piezas grandes y vibrantes, invita a toda la comunidad a jugar mientras la obra se convierte en parte del entorno, algo con lo que todos pueden disfrutar e interactuar.
Esme ha tenido un año emocionante, particularmente siendo parte del Smallest Street-Art Festival de Bristol, donde los artistas transformaron un callejón de garajes en el distrito Brislington de la ciudad en una obra de arte vibrante y compartida. “Tenía un lienzo realmente interesante con el que trabajar, mitad hormigón, mitad metal corrugado, con el que nunca había trabajado antes”, dice. “Decidí hacer estilo libre en algunas áreas y terminó siendo una de mis piezas favoritas hasta la fecha, lo que me recuerda que siempre debo confiar en el proceso y divertirme con él”.
Sus murales, que a menudo presentan escenas coloridas, actúan como catalizadores de la conversación y la interacción entre personas que de otro modo nunca se habrían conectado. “Es sorprendente ver cómo una obra de arte puede transformar un espacio en un lugar de reunión”, afirma. “Muchas personas comentan que ahora ilumina su camino diario al trabajo, donde antes era por un callejón aburrido y sin vida”.
Ya sea pintando murales, organizando proyectos de arte comunitarios o simplemente fomentando un espíritu de apertura y colaboración, el juego puede convertir los espacios compartidos en patios de juegos creativos donde todos están invitados. Estas experiencias compartidas nos recuerdan que la creatividad y la comunidad están profundamente conectadas, y que el juego no es sólo una alegría personal sino una forma poderosa de unir a las personas.
Construyendo tu lugar feliz
Aquí es donde LEGO y It's Nice That's Pieza interior surge la asociación. Esta iniciativa tiene como objetivo ayudar a los adultos a redescubrir el placer de la experimentación práctica y creativa. Ya sea que estés construyendo una ciudad en miniatura, la casa de tus sueños o una hermosa flor LEGO, el acto táctil de juntar esos pequeños ladrillos puede transportarte a un lugar de tranquilidad interior y concentración alegre.
A través de esta asociación, nuestro objetivo es inspirar a los adultos a adoptar este enfoque para encontrar su “lugar feliz”. Se trata de reducir la velocidad, alejarse del agobio digital y perderse en algo simple pero profundamente consciente. La instalación y los talleres, que se llevarán a cabo del 7 al 13 de octubre en 37 Eastcastle Street, demuestran cómo la creatividad y el juego no solo benefician nuestro bienestar mental, sino que también pueden revitalizar nuestro trabajo y abrir nuevos caminos para el pensamiento innovador.
Así que la próxima vez que te sientas agobiado por las responsabilidades de la vida adulta, recuerda esto: el juego no es sólo para niños. Es para cualquiera que busque sentirse más feliz, más tranquilo y más creativo. Ya sea dibujando, construyendo o simplemente jugando, le debes a tu cerebro (y a tu bienestar) darte permiso para jugar. Tu niño interior (y tu yo adulto) te lo agradecerán.