Fo siglos Un miedo ancestral ha perseguido los cuentos antes de dormir y los consiguientes sueños de los niños europeos: el lobo. Un devorador de jóvenes que deambulan por los bosques de los cuentos populares, el sigiloso carnívoro alguna vez ocupó un lugar preponderante en la imaginación del público. La modernidad acabó con el pavor que pregonaban los hermanos Grimm. A principios del siglo XX, los lobos prácticamente habían desaparecido de Europa, llevados a la extinción por la caza furtiva y la pérdida de hábitat. Pero en las últimas décadas, los defensores del medio ambiente han alabado un notable resurgimiento como una forma de expiación ecológica: el primer paso para revertir siglos de carnicería ambiental provocada por el hombre. Los tipos rurales, más propensos a escuchar aullidos de lupino en la oscuridad de la noche y a encontrar ganado y mascotas mutilados al amanecer, están menos entusiasmados. El lobo ahora está dividiendo a los europeos, en lugar de comérselos, mientras discuten sobre si los humanos deberían volver a compartir su estrecha península con un depredador rival.
