La era de la Prohibición (1920-1933) fue un intento audaz de eliminar el alcohol de la vida estadounidense, con el objetivo de frenar sus efectos sociales negativos. Más bien, desató consecuencias no deseadas que todavía resuenan hoy.
Sin embargo, casi un siglo después, está resurgiendo un debate silencioso sobre el papel del alcohol. Un panel de seis miembros, conocido coloquialmente como el “Comité Hush Hush”, dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. está revisando las pautas actuales sobre el alcohol. La inclusión de tres miembros canadienses ha generado intriga, ya que sus perspectivas podrían dar forma a la política estadounidense.
Como fundador de Blind Tiger, una marca que ofrece cócteles sin alcohol y con bajo contenido de ABV, y de Room 33 Speakeasy, he pasado gran parte de mi carrera en la intersección de la hospitalidad y la cultura, observando cómo el papel del alcohol continúa evolucionando. Nuestra marca se inspira en los bares clandestinos de la Prohibición y la historia nos ha demostrado que la regulación excesiva a menudo resulta contraproducente. Las lecciones de la Prohibición deberían ser una advertencia a medida que navegamos por el futuro del consumo de alcohol.
Aprendiendo de la prohibición
La prohibición fue un esfuerzo bien intencionado pero en última instancia defectuoso para eliminar el alcohol de la sociedad estadounidense. En lugar de frenar el consumo de alcohol, impulsó lo contrario: florecieron los bares clandestinos y las destilerías ilícitas, y figuras como Al Capone capitalizaron el mercado negro del alcohol. La delincuencia aumentó y la población de reclusos federales aumentó, con una estimación mostrando un aumento del 561%. Económicamente, la pérdida gubernamental de 11 mil millones de dólares en ingresos fiscales de la venta de alcohol, una pérdida que se sintió profundamente durante la Gran Depresión. Quizás lo más trágico es que más de 10.000 personas murieron por consumir alcohol contaminado como “ginebra de bañera”.
Para Blind Tiger, que se inspira en la resiliencia de estos bares clandestinos de la era de la Prohibición, esta historia es un recordatorio de que la regulación excesiva a menudo conduce a daños no deseados. Es vital que aprendamos del pasado y evitemos repetirlo, particularmente ahora que los formuladores de políticas de hoy debaten el papel del alcohol en nuestra cultura.
El debate moderno: el consumo de alcohol bajo escrutinio
Actualmente, un panel de seis miembros está revisando las pautas de consumo de alcohol, y varios miembros defienden la opinión de que ninguna cantidad de alcohol es segura. Es preocupante la idea de que un panel –particularmente uno con miembros internacionales que tal vez no comprendan completamente los matices culturales y sociales del consumo de alcohol en Estados Unidos– pueda hacer recomendaciones radicales que impacten a millones de estadounidenses. La decisión de etiquetar todo el consumo de alcohol como inseguro podría tener implicaciones de gran alcance, alienando potencialmente a una parte importante de la población y socavando la confianza pública en las directrices de salud.
Los estudios han demostrado que el consumo moderado de alcohol puede ofrecer beneficios para la salud, incluido un riesgo reducido de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, beber moderadamente(hasta una bebida por día para las mujeres y dos para los hombres) se ha relacionado con estos resultados positivos.
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Muchos actores clave de la industria están prestando atención a esta tendencia creciente. Chris Swonger, director ejecutivo del Distilled Spirits Council de Estados Unidos (DISCUS), habló sobre esto en una entrevista con Solo bebidasmencionando la “creciente amenaza global de la defensa contra el alcohol”. Hizo hincapié en la importancia de las recomendaciones para los gobiernos, respaldadas por la ciencia y basadas en evidencia, a la hora de asesorar a los consumidores sobre el consumo de alcohol, destacando la necesidad de un enfoque equilibrado e informado en medio de este movimiento creciente.
A medida que se desarrolla este debate, es esencial considerar no sólo los riesgos para la salud del alcohol sino también el papel social y cultural que desempeña en la vida de las personas. Blind Tiger se fundó con la creencia de que todos deberían tener la libertad de disfrutar de una buena bebida, ya sea que incluya alcohol o no. Nuestra misión es crear una experiencia de bebida inclusiva para todos, y este enfoque en la moderación se alinea con el creciente movimiento hacia opciones más saludables y conscientes, no hacia su eliminación.
Para líderes de la industria
A la luz de las deliberaciones del Comité, líderes en la industria de bebidas pueden sentirse fortalecidos al centrarse en las siguientes estrategias clave:
1. Diversificar la oferta de productos: Es importante evaluar su cartera y garantizar una gama de opciones que se adapten a las cambiantes preferencias de los consumidores, incluidas las bebidas con o sin alcohol. Ofrecer diversidad de productos no sólo puede preparar a su marca para posibles cambios regulatorios, sino también atraer la creciente tendencia de beber conscientemente, alineándose con los consumidores preocupados por su salud sin alienar a los demás. Este es un paso proactivo para preparar su marca para el futuro en caso de pautas más estrictas.
2. Explorar asociaciones estratégicas: Conéctese con otros actores de la industria que comparten valores similares u ofrecen productos complementarios. Colaborar con empresas centradas en el bienestar o la innovación puede ayudarle a fortalecer su posición en un mercado más regulado.
3. Refuerce su misión principal: Mantenerse arraigado en la misión principal de su marca es crucial. Prepare a su equipo para responder rápidamente a cualquier nueva regulación, pero mantenga la integridad y el compromiso de su marca para crear una experiencia inclusiva para todos.
Un llamado al equilibrio y la inclusión
Las lecciones de la Prohibición, en particular las consecuencias no deseadas de la sobrerregulación, sirven como advertencia. Mientras este Comité delibera, deben priorizar el equilibrio. En lugar de promover la abstinencia extrema, deberían fomentar el consumo responsable y brindar a los consumidores la capacidad de tomar decisiones mejores y más informadas. El futuro de la cultura de la bebida reside en la inclusión, la moderación y la libertad personal, garantizando que todos puedan celebrar a su manera sin los ecos dañinos del pasado. Al final, Estados Unidos debe actuar con cautela, asegurándose de que cualquier nueva directriz sea equilibrada, esté basada en evidencia y refleje los diversos puntos de vista y experiencias de sus propios ciudadanos.