De la cultura del ajetreo al ajetreo sagrado: recuperar el equilibrio en un mundo que alaba el exceso de trabajo
Cultura del ajetreo: la actitud no tan sutil de trabajar hasta el cansancio mientras se publica sobre ello en las redes sociales. Es la glorificación de la mentalidad de “levantarse y trabajar duro”, donde el sueño es para los débiles y cada hora de vigilia debe dedicarse a perseguir el esquivo sueño del éxito, preferiblemente con un café caro en la mano. Desde los influencers hasta los guerreros corporativos, la moda del ajetreo ha convertido el trabajo en una maratón interminable donde la línea de meta sigue moviéndose.

Pero seamos realistas: la cultura del ajetreo es una especie de estafa. Claro, trabajar duro tiene sus ventajas, pero cuando el esfuerzo empieza a desgastarte, es hora de replantearte el plan de juego. El agotamiento, la ansiedad y la sensación constante de que no estás haciendo lo suficiente son solo algunos de los deliciosos efectos secundarios de esta obsesión por la productividad. Afortunadamente, hay un movimiento creciente que se opone al mantra del ajetreo y, sorpresa, sorpresa, ha estado en la Biblia desde siempre.

La cultura del ajetreo: una breve historia del exceso de trabajo

El ajetreo no es un fenómeno nuevo. Ha existido durante mucho tiempo, disfrazado de diferentes maneras, pero siempre transmitiendo el mismo mensaje: trabaja duro y saldrás adelante. Pero ahora, con las redes sociales amplificando cada momento de “éxito”, es fácil caer en la trampa de la comparación y sentir que te estás quedando atrás.

Según la Asociación Estadounidense de Psicología, el estrés crónico causado por el exceso de trabajo puede provocar algunos resultados no tan agradables, como enfermedades cardíacas, depresión y ansiedad. Es casi como si trabajar constantemente a toda máquina no fuera bueno para la salud. ¿Quién lo hubiera dicho? A medida que más personas comienzan a sentir el peso de la cultura del ajetreo, se está produciendo un cambio. Y para los cristianos, es más que una reacción negativa; es un regreso a un principio atemporal: el descanso.

Un llamado bíblico a relajarse

El descanso no es sólo una sugerencia en la Biblia; es algo muy importante. Desde el principio, Dios establece el tono en Génesis al tomarse un día libre después de crear el universo. Si el Todopoderoso puede tomarse un descanso, tal vez nosotros también deberíamos hacerlo. Si avanzamos rápidamente hasta los Diez Mandamientos, hay toda una directiva sobre guardar el Sabbath, un día dedicado al descanso y la adoración.

John Mark Comer, pastor y autor de La eliminación despiadada de la prisatiene mucho que decir sobre nuestra adicción a estar siempre ocupados. Lo dice sin rodeos: “Aquello a lo que le prestas atención es la persona en la que te conviertes. Dicho de otro modo: la mente es el portal hacia el alma, y ​​lo que llenas tu mente moldeará la trayectoria de tu carácter. Al final, tu vida no es más que la suma de aquello a lo que le dedicaste tu atención”.

Abrazando el Santo Ajetreo

Si bien la cultura del ajetreo nos dice que nuestro valor depende de cuánto logramos hacer, la idea de un “ajetreo sagrado” cambia el guión. Un ajetreo sagrado no se trata de holgazanear, sino de encontrar el equilibrio. Se trata de hacer tu trabajo con excelencia, pero también de saber cuándo apagar la computadora portátil, dejar el teléfono y tomar un respiro. Crystal Stine, autora de Holy Hustle: Cómo adoptar una vida de trabajo duro y descanso reparadorlo expresa perfectamente: “No necesitamos hacerlo todo. Solo necesitamos hacer todo lo que Dios nos está dando en esta temporada”.

El mensaje de Stine resuena con la necesidad de cambiar nuestra ética laboral, de una que se centra en demostrar nuestro valor a una que honre a Dios al incluir el descanso. Andy Crouch, autor de La familia experta en tecnologíase hace eco de este sentimiento: “Nuestros dispositivos nos empujan continuamente hacia una serie de opciones. La pregunta es si esas opciones nos llevan a la vida que realmente queremos. Quiero una vida de conversación y amistad, no de distracción y entretenimiento; pero todos los días, muchas veces al día, me empujan en la dirección equivocada. Una parte clave del arte de vivir fielmente con la tecnología es crear mejores empujones para nosotros mismos”.

Cómo hacer el cambio

Entonces, ¿cómo pasamos del agotamiento al equilibrio? Todo es cuestión de ser intencional. A continuación, se ofrecen algunos consejos que le ayudarán a realizar el cambio:

1. Establecer límitesEstá bien decir que no. Cuida tu tiempo estableciendo horarios de trabajo claros y respetándolos. No vuelvas a revisar el correo electrónico a medianoche: tu bandeja de entrada estará ahí por la mañana.
2. Priorizar el Sabbath¿Recuerdas ese día libre? Conviértelo en un ritual semanal. Úsalo para descansar, recargar energías y hacer cosas que te den alegría. No es solo un día libre; es un reinicio del alma.
3. Estar:La multitarea está sobrevalorada. Ya sea que estés trabajando, descansando o pasando el rato con amigos, debes estar completamente presente. Es increíble lo que sucede cuando no intentas hacer tres cosas a la vez.
4. Reflexionar y ajustar:Haz un balance entre tu rutina y tu vida diaria. ¿Tu horario se ajusta a tus valores? ¿Te sientes agotado o con energía? Haz los ajustes necesarios para mantener ese equilibrio bajo control.

Un nuevo tipo de éxito

Rechazar la cultura del ajetreo y adoptar un ajetreo sagrado no consiste solo en evitar el agotamiento, sino en encontrar una forma de vida más profunda y satisfactoria. Al alinear nuestro trabajo con el diseño de Dios y darnos permiso para descansar, podemos perseguir nuestras metas sin perder de vista lo que realmente importa. Así que la próxima vez que sientas la presión de esforzarte más, recuerda: a veces lo más productivo que puedes hacer es tomarte un descanso.



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