Earthing Interiority – MOLD :: Diseñando el futuro de los alimentos

La globalización ha desdibujado la línea que separa lo local y lo global. Los espacios, independientemente de su origen geográfico, se ven y se viven de manera similar. Esto da como resultado uniformidad y falta de lugar, lo que provoca alienación de la cultura, las tradiciones y los contextos únicos locales. En una época en la que es bastante fácil moverse y encontrar un “hogar” en diferentes contextos culturales, ¿cómo podemos cultivar un sentido de pertenencia y conexión con la tierra?

Arraigado en la práctica tradicional india de utilizar ingredientes regionales naturales en los materiales de construcción para fomentar una conexión con la tierra, Earthing Interiority propone un marco para la práctica del diseño de interiores. Se centra en opciones de diseño espacial y material basadas en el lugar basadas en un contexto hiperlocal para contrarrestar esta falta de lugar. Alejándose de los métodos extractivos coloniales, el marco del proyecto aboga por el uso de materiales recolectados localmente para diseñar interiores específicos del sitio dentro de viviendas urbanas estandarizadas en Nueva York. Al incorporar materiales como algas, conchas de ostras, musgo y madera flotante, el proyecto pretende reintegrar a los humanos en una red ecológica más amplia, fomentando conexiones tanto sociales como ecológicas.

A través de interacciones cotidianas, los habitantes forjan una relación simbiótica de cuidado y reciprocidad, cultivando una comprensión de la interconexión de todos los seres vivos. Al enfatizar el interior como un ecosistema vivo, donde los materiales recolectados son participantes activos (y no componentes pasivos), este enfoque de convivencia busca imbuir los ambientes domésticos con un sentido de conexión a tierra para quienes habitan en estos ambientes domésticos que de otro modo serían impersonales y sin lugar.

Circuito cerrado – sistema vivo.

Inspirado en la filosofía india de Nisarga, que enfatiza una conexión profunda entre los materiales y la tierra, este proyecto adopta un marco de diseño basado en el lugar dentro de la ciudad de Nueva York. Rechaza los métodos extractivos coloniales a favor de la búsqueda de alimento, una metodología que condujo a la integración de materiales como algas marinas, conchas de ostras posconsumo, musgo y madera flotante en interiores urbanos, transformándolos en ecosistemas vivos. Los biomateriales se desarrollan y utilizan en función de su desempeño y contribución al ecosistema. Por ejemplo, el musgo purifica el aire, las conchas de ostras descomponen los residuos biológicos para generar calor y energía y las algas purifican el agua. Este sistema interior dinámico y de circuito cerrado fomenta nuevas formas de vivir y convivir, influyendo en los arreglos espaciales y los rituales diarios. Las prácticas domésticas como descansar, alimentarse, reunirse y limpiarse se adaptan para crear una relación simbiótica en la que tanto los humanos como los materiales se apoyan mutuamente.

Polvo de concha de ostra, Agar Agar, Glicerina.

Rockweed, agregado de concha de ostra, alginato de sodio.

Dando forma al futuro de los alimentos

Este proyecto redefine la relación entre los espacios habitables y la comida integrando la sostenibilidad en el núcleo del hogar. Al reutilizar conchas de ostras posconsumo de restaurantes locales (un importante contaminante en la ciudad de Nueva York) en biomateriales que participan activamente en el procesamiento de desechos domésticos, el proyecto crea un sistema de circuito cerrado que revoluciona la gestión de desechos y nuestra interacción con los alimentos. Dentro de este ecosistema, se cultivan alimentos y todos los desechos, tanto humanos como de cocina, se procesan a través de un biodigestor de conchas de ostra, generando calor y energía para el hogar. Este enfoque introduce un nuevo concepto de “cocina”, en el que los residuos se reutilizan para convertirlos en fertilizantes que nutren el medio ambiente local.

Modelo del espacio interior.

El interior se adapta a los cambios estacionales, con espacios diseñados para reunirse alrededor del biodigestor para calentarse en climas fríos y para refrescarse cerca de una pantalla de musgo humidificado durante condiciones más cálidas. Este diseño fomenta una relación simbiótica entre los habitantes y su entorno, interconectando la producción de alimentos, el procesamiento de residuos y la vida diaria. Al alinear la vida doméstica con los ciclos ecológicos, el proyecto ofrece un modelo sostenible y libre de residuos para el futuro de los alimentos, profundamente arraigado en el contexto local.

Exploraciones materiales con ingredientes forrajeros.

Shreya Dwivedi es un diseñador que trabaja en la intersección de la arquitectura, el diseño de interiores y la investigación de materiales. En su práctica de diseño, aboga por el biorregionalismo, aprovechando materiales naturales y de desecho de origen local para promover prácticas circulares y regenerativas. Tejiendo artesanía y tecnología, a Shreya le apasiona desarrollar un enfoque que esté profundamente conectado con el lugar.



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