En su primer día completo en Papúa Nueva Guinea, el Papa Francisco visita al Gobernador General del país y dice a las autoridades que está fascinado por la extraordinaria riqueza cultural de la gente.
Por Linda Bordoni – Puerto Moresby
El sábado por la mañana, vimos al Papa Francisco realizar una visita de cortesía al Gobernador General de Papúa Nueva Guinea, Sir Bob Dadae, en una casa de gobierno de aspecto muy “colonial” en Puerto Moresby, al comienzo de su visita a la nación.
Descubrí que el cardenal de Papúa Nueva Guinea, John Ribat, también es un Sir, distinguido con el título de Caballero por la Reina Isabel en 2016, el mismo año en que el Papa Francisco lo proclamó el primer cardenal del país.
También me enteré de que el país, que logró su independencia de Australia en 1975, sigue siendo una nación independiente de la Commonwealth y reconoce a Carlos III como su rey.
El Papa Francisco y Sir Bob Dadae
Todo esto es bastante sorprendente. No llevo mucho tiempo aquí, pero está claro que la cultura papú cuenta otra historia.
Las más de 600 tribus de papúes que habitan el país hoy en día descienden de un grupo de humanos que desembarcaron aquí en un barco primitivo hace unos 40.000 años. Sus más de 800 lenguas vivas hablan a viva voz de una riqueza de visiones diferentes del mundo y de identidades culturales orgullosamente manifestadas que ninguna colonización pasada o presente, política o económica, podrá erradicar jamás.
Esta mañana, durante su primer discurso oficial después de saludar al Gobernador General, el mismo Papa Francisco destacó los cientos de islas y lenguas habladas, que dijo, “corresponden a otros tantos grupos étnicos”.
“Debo confesar que esto me fascina mucho, también a nivel espiritual”, continuó, “porque imagino que esta enorme variedad es un desafío al Espíritu Santo, que crea armonía en medio de las diferencias”.
Un papú en la Casa de Gobierno el sábado por la mañana.
