El drama se desarrolló el 4 de septiembre en TG1, el informativo televisivo del canal principal de la RAI, el más visto en Italia. Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura de Giorgia Meloni, fue visto en directo en antena derramando lágrimas mientras revelaba que había tenido una relación extramatrimonial y pedía perdón a su esposa. Fue una escena digna de una telenovela, pero que rápidamente tomó un cariz político cuando el ministro también pidió perdón al jefe del gobierno postfascista. Sangiuliano dijo que había presentado su dimisión a Meloni, quien se negó a aceptarla.
Desde hace varios días, se han difundido ampliamente en las redes sociales las publicaciones de Maria Rosaria Boccia, una mujer de unos 40 años originaria de Pompeya que afirma ser una de las aliadas del ministro de Cultura. Sin embargo, nadie parece conocerla, al menos fuera del círculo más cercano del ministro. Todo comenzó el 26 de agosto, cuando Boccia publicó un mensaje en su cuenta de Instagram en el que agradecía a Sangiulano por haberla nombrado “asesora ministerial para grandes eventos”. Esta información fue desmentida por el ministro, que se vio obligado a revelar públicamente su romance en directo.
Hace apenas unas semanas, Boccia era todavía una desconocida para el gran público. Ha trabajado como organizadora de eventos, sobre todo en el sector de la moda, y parece que ha tenido una función oficial en los preparativos de la cumbre de ministros de Cultura del G7 prevista para finales de mes en Pompeya.
Volviéndose viral en las redes sociales
El torbellino de intrigas políticas y amorosas en el que se ha sumergido el ministro de Cultura no ha dejado de sacar a la luz sus habituales comentarios embarazosos. Hace un año, durante la entrega del premio Strega, el mayor galardón literario italiano, confesó que no había leído ninguno de los libros seleccionados, a pesar de ser miembro del jurado. En su intervención en Sicilia, en el marco de un festival sobre la identidad cultural de Italia, el ministro afirmó que Cristóbal Colón había emprendido su circunnavegación basándose en las teorías de Galileo, nacido 72 años después del acontecimiento.
Cada uno de sus errores se ha hecho viral en las redes sociales –como cuando colocó Times Square en Londres– y refuerza la impresión de que Meloni está rodeado de aficionados. “Es inconcebible que el ministro de cultura permanezca en el cargo ni un solo día más”, argumentó un editorialista en La República.
Como rostro de la nueva narrativa nacional que Meloni pretende crear, Sangiuliano pidió la creación de un “nuevo mito italiano”, encarnado en la revitalización del patrimonio clásico en oposición a una cultura considerada demasiado predominantemente de izquierdas. “Dante Alighieri fue el fundador del pensamiento de derecha en Italia”, afirmó con valentía el ministro.
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