Kamila Rustambekova fotografía a trabajadores migrantes en Uzbekistán mientras buscan comunidad y oportunidades

Las imágenes de Kamila revelan la realidad del trabajo agrícola estacional, que es largo y agotador, pero que se lleva a cabo entre familias unidas, amigos y otros seres queridos. En las fotografías, vemos momentos de trabajo intercalados con momentos de juego, que representan una realidad que está marcada tanto por la carga como por los vínculos. Los adultos recogen las cosechas, las guardan en bolsas y preparan la comida, mientras los niños juegan en el poblado temporal y deambulan por los campos. Existe un sentimiento de pertenencia, a pesar de la distancia que separa a estas familias de sus hogares reales en el este.

Otro tema que también está en juego en Otro París La idea de oportunidad, que según explica Kamila, está simbolizada de forma extraña por la presencia de una réplica de la Torre Eiffel en la zona. De hecho, el nombre “Farish” suena muy parecido a “París” en uzbeko y ruso, y la fotógrafa señala que esto es interesante, porque el país en general siente una fascinación desde hace mucho tiempo por la capital francesa. Muchos uzbekos sueñan con París como un lugar mágico, y hay muchas otras réplicas de la Torre Eiffel repartidas por todo Uzbekistán, explica Kamila. En Farish, la torre se encuentra a la entrada del pueblo y sirve como un incongruente símbolo de oportunidad para los trabajadores que llegan cada año para ganarse la vida.

“Quería retratar la región de Farish y la comunidad de agricultores que trabajan allí con un cierto nivel de ‘veracidad’, de una manera romántica, utilizando el formalismo en mi trabajo”, dice Kamila. “Creo que la serie es un contrapunto entre un sueño y una realidad. El sueño surge tanto de las historias de mis abuelos como del nombre de la región: la idea de ser un pequeño París”.

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