La identidad de Europa se define por su rico y diverso patrimonio cultural. En ningún otro lugar esto es más evidente que en las numerosas ciudades y pueblos que hay por todo nuestro continente. Esto es algo que hay que celebrar. Por eso, cada año la UE premia y reconoce a dos o tres ciudades como Capital Europea de la Cultura, en una de las iniciativas culturales más conocidas y de mayor éxito de la UE.
La iniciativa, que se puso en marcha en 1985, sitúa la cultura en el corazón de las ciudades europeas durante un año entero de celebración del arte y la cultura. Hasta la fecha, se ha concedido a más de 60 ciudades de la UE y de otros países, seleccionadas por un panel independiente de expertos.
Las ciudades se eligen en función de un programa cultural que tenga una fuerte dimensión europea, que involucre a la población local de todas las edades y que contribuya al desarrollo a largo plazo de la ciudad. Las Capitales Europeas de la Cultura de 2024 son Bad Ischl (Austria), Bodø (Noruega) y Tartu (Estonia). El año que viene, las Capitales Europeas de la Cultura de 2025 serán Chemnitz (Alemania) y Nova Gorica (Eslovenia).
La designación de las Capitales Europeas de la Cultura comienza seis años antes de que una ciudad reciba oficialmente su título, con una convocatoria de candidaturas. Durante los dos años siguientes, se revisan las candidaturas antes de que se designe oficialmente a una ciudad ganadora. Esto deja cuatro años para que la ciudad se prepare para el evento, tiempo durante el cual la Comisión Europea continúa brindándole asesoramiento y orientación. Actualmente, hay concursos en curso para futuras Capitales de la Cultura para los años 2029 y 2030.
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Capitales europeas de la cultura