La maquinaria de guerra de Israel necesita petróleo. ¿Debería el mundo cortarlo?

Mientras Azerbaiyán se embarcaba en su nueva independencia de la Unión Soviética a principios del siglo XXI, el Reino Unido, Estados Unidos, otros seis países y 13 compañías petroleras (incluida BP) firmaron lo que llamaron el Contrato del sigloun acuerdo con Azerbaiyán para que los inversores extranjeros aprovechen los 730 millones de toneladas de petróleo estimados en la región.

“La historia explica cómo llegamos a donde estamos ahora”, dijo Félix. “Comprender la historia que nos ha llevado hasta este punto nos permite ver que este realmente no es un fenómeno nuevo. A través de un análisis de cómo las grandes corporaciones petroleras transnacionales llegaron a dominar los primeros mercados… mientras maximizaban sus propias ganancias, podemos entender esencialmente contra qué estamos llamando a resistir y qué estamos llamando a desafiar”.

Como aclara la investigación del Embargo Energético para Palestina, el Contrato del Siglo sentó las bases para el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), que BP en su mayor parte posee y que suministra a Israel alrededor del 28% de su petróleo. El acuerdo, argumentan los autores del informe, dio a BP y a las potencias occidentales una influencia indebida sobre el país, anteponiendo las ganancias de las empresas privadas de energía al bienestar de los locales y de la región en general.

De hecho, así es como funcionan el colonialismo y el imperialismo. ¿No es ese el objetivo? ¿Extraer lo más barato posible sin consecuencias? ¿Exhibir poder sobre un lugar? ¿Someter a un pueblo al sufrimiento?

Ahora, las consecuencias de esa toma de decisiones han generado contradicciones. Mientras que Azerbaiyán tiene se paró ante la ONU como partidario de Palestina, y aunque el presidente ha dicho Palestina necesita su independencia, los líderes de la nación continúan permitiendo que su petróleo fluya hacia las costas de Israel. Lo mismo hacen Georgia y Turquía, los países vecinos por los que atraviesa el oleoducto BTC antes de que el petróleo suba a los petroleros en el Mar Mediterráneo con destino al tierras históricamente palestinas que Israel ahora ocupa.

Y el imperialismo estadounidense –la fuerza de expandir el imperio estadounidense a través del poder militar y la destreza política– también es evidente aquí. Estados Unidos fue el primer país en reconocer el Estado de Israel en 1948. En los años siguientes, Israel se convirtió en el país que recibió la mayor ayuda económica y militar de Estados Unidos. Desde el 7 de octubre, Estados Unidos ha enviado al país más de $6 mil millones en ayuda. En agosto, EE.UU. firmado un nuevo acuerdo de armas militares por valor de 20.000 millones de dólares con Israel, que garantice que Israel tenga acceso a algunas de las tecnologías armamentísticas más avanzadas del mundo hasta bien entrado el final de esta década.

Este armamento tiene un costo. Los pueblos de Palestina y Líbano no son los únicos que lo soportan.



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