La Santa Sede reafirma la importancia de promover una cultura de paz

El representante de la Santa Sede en el Foro de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cultura de Paz reafirma el compromiso común de trabajar por una cultura de paz en todos los niveles de la sociedad, esfuerzos que son esenciales para las generaciones presentes y futuras.

Por Thaddeus Jones

El viernes 2 de agosto se celebró en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York un Foro de Alto Nivel sobre la Cultura de Paz, cuyo tema era “Cultivar y fomentar la cultura de paz para las generaciones presentes y futuras”. La reunión marcó el 25º aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de las Naciones Unidas sobre una Cultura de Paz.

Sobre la base de 25 años de promoción de la paz

El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York acogió con satisfacción la convocatoria del Foro de Alto Nivel y reafirmó el compromiso de cultivar y fomentar una cultura de paz. El arzobispo Gabriele Caccia dijo que la ocasión permite desarrollar las áreas de acción delineadas en la Declaración original emitida hace 25 años que hoy ofrecen una “base sólida para fomentar una cultura de paz en todos los niveles de la sociedad”.

Pacem in Terris hoy

Recordando la Carta Encíclica del Papa Juan XXIII publicada hace más de sesenta años, Pacem in terrisAl hablar sobre el establecimiento de la paz universal en la verdad, la justicia, la caridad y la libertad, el arzobispo Caccia dijo que esta “apremiante súplica para establecer la paz” suena cada vez más urgente y relevante hoy para avanzar en la causa de la paz.

Valorar la dignidad humana

Al trabajar por una cultura de paz, debe reconocerse la dignidad inherente de cada persona, explicó el Arzobispo Caccia. Reconocer y actuar de acuerdo con esta verdad sobre la persona humana es fundamental para la paz, enfatizó, y agregó que esta comprensión puede transmitirse dentro de la familia y a través de la educación cuando los niños “adquieren una comprensión de la dignidad humana inherente común dada por Dios”. Esto continúa mientras desarrollan sus talentos y se preparan para emprender su propia vocación en la vida.

Trabajando por la justicia, globalizando la solidaridad

Otro paso clave en la búsqueda de la paz es establecer la justicia en las esferas social y económica, especialmente abordando las cuestiones de la pobreza, el hambre y la desigualdad, señaló Monseñor Caccia.

Luego destacó que es necesario fomentar la solidaridad globalizada, ya que no todos han podido beneficiarse de los avances positivos derivados de la globalización, donde los afortunados se han convertido en “ciudadanos del mundo” mientras que muchos otros son “ciudadanos de ninguna parte”, como se ve con el creciente fenómeno de la migración.

Libertad para todos

Por último, la libertad es necesaria para el desarrollo humano, especialmente en la esfera religiosa, y para poder expresar libremente las propias creencias, perseguir aspiraciones y participar en la sociedad, todo lo cual puede fomentar una cultura de paz que pueda prosperar. Al mismo tiempo, señaló, la libertad no consiste simplemente en la búsqueda individualista de intereses autorreferenciales, sino en “la libertad de amar y de entregarse a los demás al servicio del bien común”.

Recordando las palabras del Papa Francisco en la conclusión, el Arzobispo Caccia dijo que “la paz es fruto de relaciones que reconocen y acogen al otro en su dignidad inalienable, y de la cooperación y el compromiso en la búsqueda del desarrollo integral de todas las personas y de los pueblos”.

El Foro de Alto Nivel sobre una Cultura de Paz nació hace 25 años, cuando el 13 de septiembre de 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 53/243 sobre la Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz. Desde entonces, la Asamblea General ha adoptado una resolución anual en este ámbito para promover una cultura de paz y no violencia, subrayando su valor perdurable en beneficio de la humanidad y de las generaciones futuras.

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