¿Por qué estamos idealizando la cultura de la oficina?

Cuando Kim Kardashian Dijo que “parece que nadie quiere trabajar en estos días”, pero no tuvo en cuenta la popularidad de los uniformes de oficina. El reciente aumento de las tendencias en línea en torno a la vestimenta y los estilos de vida de oficina (desde los uniformes corporativos hasta las sirenas de oficina) contradice la narrativa popular de que la Generación Z no quiere trabajar. Pero hay una explicación simple de por qué luchamos contra las corporaciones mientras vestimos sus uniformes.

Podríamos argumentar que la popularidad de la estética corporativa en las redes sociales es un intento de embellecer la cultura de la oficina… porque es una mierda. Hay muchas pruebas de que el mundo corporativo no está satisfaciendo las necesidades de las generaciones más jóvenes, respaldadas por el hecho de que, en un estudio de Gallup, el 15 % de nosotros afirmamos que estamos activamente desconectados en el trabajo. Puede que vayamos a trabajar vestidos como corresponde, con una camisa abotonada de Prada de archivo y unas diminutas gafas Gentle Monster, pero en realidad odiamos estar allí.

Miu Miu©

Esto se debe en gran medida a que las generaciones más jóvenes de la fuerza laboral le dan mucha más importancia al equilibrio entre el trabajo y la vida personal de lo que es habitual en muchas industrias. Si bien la “cultura del ajetreo” se está infiltrando en la mentalidad de nuestra generación, la mayoría de la Generación Z está anteponiendo la salud mental a sus empleadores y el impacto es que las empresas simplemente piensan que somos perezosos.

Debido a que cada vez comprendemos más sobre nuestra propia salud mental y la importancia de cuidarla, estamos aprendiendo más sobre cómo el estilo de vida corporativo puede afectarla drásticamente para peor. El resultado es que muchos de nosotros preferiríamos “dejar el trabajo en silencio” antes que vernos obligados a trabajar en un lugar que no satisface nuestras necesidades. De hecho, un estudio global realizado por Randstad a principios de 2024 descubrió que el 57% de la generación Z dejaría su trabajo si este interfiriera en su vida personal y su bienestar emocional.

Prada©

Nuestra actitud hacia el trabajo está cambiando y las corporaciones no parecen estar preparadas. Estamos luchando contra las actitudes tradicionales que sostienen que exigir un salario digno, un equilibrio entre el trabajo y la vida personal y oportunidades más justas es “pedir demasiado”, y como resultado, muchos de nosotros nos sentimos desanimados y agotados por el mundo corporativo bastante temprano en nuestras carreras.

Tal vez por eso estamos embelleciendo nuestros guardarropas de oficina y documentando videos estéticos de “mi trabajo de 5 a 9 después de mi trabajo de 9 a 5”; porque, aunque odiemos la vida corporativa, lo menos que podemos hacer es lucir bien mientras la odiamos.

Imagen destacada vía @zamarvelez ©

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