Quedarse en la banca demuestra que solo eras una opción (no la elección)

Quedar en la banca es cuando a alguien con quien has estado hablando o saliendo casualmente le gustas lo suficiente como para mantenerte en su rotación, pero no lo suficiente como para comprometerse contigo y solo Tú. Si no te importa que sea algo casual, quedar en la banca es parte del juego. No pasa nada, no pasa nada. Tienes tus propias perspectivas.

Pero si tu en realidad Al igual que la persona que te dejó en la banca, es una mierda. Porque quedar en la banca demuestra que eres sólo su opción, no la elección.

La peor parte de quedarse en el banquillo es que no siempre te das cuenta de que estás en el banquillo inmediatamente. Aún así te están dando pan rallado de atención y afecto, que parece suficiente para mantener la relación. Pero, como ocurre con la mayoría de las cosas, eso funciona hasta que deja de funcionar. Con el tiempo, las migajas de pan se vuelven rancias y te das cuenta de que no solo quieres más de ellos, sino que también necesidad Más de ellos.

Y entonces les pides más. Les pides exclusividad. Y ellos pueden responderte con uno de estos clásicos:

Sólo necesito un poco de tiempo.

Todavía no estoy listo para comprometerme contigo, pero me encanta lo que estamos haciendo y dónde estamos.

Si escuchas una iteración de lo anterior, debes alejarte. Porque, aunque eso puede ser válido, no es justo para ti y no es lo que quieres. Además, pone todo en sus términos. Deja tus sentimientos completamente fuera de la ecuación. Sin embargo, en su mayor parte, depende de una fecha futura que puede que ni siquiera exista.

Esperar a que alguien decida que eres suficiente destruye tu autoestima. Destruye tu respeto por ti mismo. ¿Por qué te permites ser un plan B? ¿Por qué te sientes cómodo aceptando la mínimo indispensable¿Quién te enseñó que sólo eras una ocurrencia de último momento?

Vales más que ser dejado de lado. Eres mejor que ser el plan B de alguien. No eres un pasajero, eres el destino. Por favor, no dejes que alguien más te haga pensar lo contrario, no importa cuán fuertemente sientas algo por esa persona.

Mereces a alguien que se esfuerce. Mereces a alguien que se preocupe por ti. Mereces constancia, compromiso y amor.

Para ser honesto, la persona que te deja en la banca no tiene miedo de perderte. Si así fuera, se habría comprometido contigo. Así que cambia el juego y déjalo. Renuncia.

Porque cuando no te eligen, siempre puedes elegirte tú mismo. Siempre puedes hacerlo.



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