Antes de que Rikka Sormunen centrara su atención creativa en la pintura y, en consecuencia, transformara su dormitorio en un estudio a tiempo completo, la artista estudió diseño de moda y trabajó como ilustradora durante más de una década. Estas vidas pasadas se hacen evidentes en su delicada atención al color, el trabajo con patrones y los adornos en sus escenas pintadas. A Rikka “le encanta tomarse el tiempo para diseñar cada objeto, tela, habitación y jardín que aparece en su obra”, nos cuenta.
La pintora trabaja ahora predominantemente con pintura al óleo sobre lienzo a base de agua, explorando temas de “placer, poses, sobrecarga sensorial y pareidolia” con sus pinceladas detalladas. Aunque muchas de sus obras son imaginaciones extraídas de su “excesiva ensoñación”, Riikka comienza su proceso planificando cuidadosamente la composición de cada pieza “practicando mentalmente métodos de aplicación de pintura”. A pesar de que la pose de cada personaje y la posición de cada elemento están calculadas, “para dejar de ser una completa maniática del control”, a Riikka le gusta “dejar áreas para el diseño intuitivo de patrones, como improvisar dentro de una coreografía practicada”, dice. En cuanto a su temática, la artista tiene un deseo similar de “entregarse ciegamente al proceso”.
En cuanto a las cosas que busca como inspiración, a Riikka le encantan las primeras pinturas de Lucien Freud, el Ukiyo-e, el estilo detallado de la impresión en madera japonesa y las obras etéreas de Inka Essenhigh: todas ellas maravillosas piezas de un rompecabezas que se combinan para dar sentido a solo algunos de los elementos de su estilo único, lúdico y escapista.