En este contexto de sufrimiento inimaginable, ha sido extraordinario ver a los palestinos que viven en Gaza aprovechar su cultura para recordar y evocar su entorno y sus vidas antes de este ataque implacable.
Una práctica constante ha sido el recuerdo de Gaza a través de imágenes tal como existía antes: el horizonte azul, los olivos y las palmeras, las casas en su mayoría pintadas de blanco, las mezquitas y los sitios históricos, todos ellos, de alguna manera, evocadores, frente al mar Mediterráneo en una abrazo siempre cálido y resplandeciente. Esto a pesar de las sombrías perspectivas de violencia y destrucción que han hundido las vidas de las personas en la miseria.
Desde 1948, cuando se estableció Israel y más 500 aldeas palestinas fueron destruidaslos palestinos han recurrido al arte (poesía, novelas, pinturas y, más recientemente, fotografía y películas) para evocar y preservar su existencia en su tierra natal. El arte es un espacio seguro que nace de un refugio perdido; es un medio para reconstruir un hogar y un paisaje reconocibles; es una aproximación imaginaria a la naturaleza que alguna vez definió su vida.
A pesar de su ubicuidad, la fotografía captura momentos y les da permanencia. En el contexto de Gaza, este es un acto de resistencia. La fotografía ha llegado a señalar nostalgia por los tiempos perdidos y los futuros asediados por peligros trascendentales mientras los palestinos continúan sufriendo matanzas y destrucción en una escala inimaginable y sin precedentes a manos de un Israel colonial feroz y desatado. También juega un papel en reimaginar el futuro. Al registrar, recordar y dar testimonio de la historia, la fotografía puede ayudar a construir nuevos mundos donde la patria y su gente sean libres.
El poeta palestino más emblemático, Mahmoud Darwish (1941-2008), retrató y encarnó mejor la sensibilidad palestina en relación con la patria perdida. Después del asedio israelí de Beirut en 1982, escribió un poema que comienza con los siguientes versos: “La tierra se cierra sobre nosotros/ empujándonos hacia el último pasaje… deseamos ser su trigo/ morir y vivir de nuevo/ deseamos que la tierra fuera nuestra madre/ para tener misericordia de nosotros”.
