'Todavía hay un mañana', la película sobre la Segunda Guerra Mundial, se estrena en Israel – Cultura de Israel

Es raro, pero a veces un director debutante hace una película que es casi perfecta, y ese es el caso de Todavía hay un mañana, de Paola Cortellesi, que se estrenó en Teatros alrededor de Israel el 15 de agosto.

Por supuesto, es raro que alguien haga una película así, pero Cortellesi, más conocida en su Italia natal como actriz cómica y cantante, parece haber elegido un tema que le apasiona: la difícil situación de una pobre ama de casa italiana justo después de Segunda Guerra Mundial – y la convirtió en una historia que es a la vez muy particular, pero que evoca emociones universales.

Cuando leí por primera vez la descripción de la película, y especialmente el hecho de que es en blanco y negro, me preocupó que fuera lo que algunos críticos solían llamar “cine Prozac”: una película tan sombría que necesitas un antidepresivo para levantarte del asiento después. En general, para involucrar al público, incluso en las historias más tristes, una película debe ser atrapante. Si puede proporcionar una nota de gracia, un indicio de redención que se siente merecido y real, en lugar de una manipulación diseñada para poner una sonrisa en las caras de los espectadores, eso la hace realmente conmovedora. Cuando una historia es demasiado oscura, instintivamente nos alejamos, nos protegemos. Pero aquí, Cortellesi logra hacer que nos enamoremos de su heroína Delia, a quien interpreta, y cuenta su historia de una manera que simplemente no podemos dejar de esperar una salida para ella.

Para muchos de nosotros, lo que sabemos sobre las mujeres italianas en el período de posguerra proviene de las novelas del Cuarteto napolitano de Elana Ferrante (el primer libro de las cuales, La amiga estupenda, se convirtió en una buena miniserie italiana, pero los libros siguen siendo mucho más interesantes). Todavía hay un mañana está ambientada en Roma en 1946, en lugar de Nápoles, pero la situación de Delia se parece mucho a la de los personajes de los libros del Cuarteto. Su familia es pobre y vive en un barrio que todavía se recupera de la guerra, lo que te recordará a los clásicos neorrealistas italianos como El ladrón de bicicletas de Vittorio De Sica y Ciudad abierta de Roberto Rossellini. Los soldados estadounidenses todavía están estacionados en algunas de las calles, y Delia siente curiosidad por ellos, y se hace amiga de un soldado afroamericano.

Delia es la encargada de la casa de su marido, Ivano (Valerio Mastandrea), un tirano mezquino que cree que, por ser su marido, tener un trabajo y ser un veterano, es su amo. Delia también trabaja en varios empleos, entre ellos el de costurera, y cuida de su suegro ingrato y arrogante. Una esposa hermosa y trabajadora como Delia complacería a cualquier hombre decente, pero su inteligencia y su sentido de sí misma en medio de tantas privaciones irritan a Ivano.

PAOLA CORTELLESI en Haifa el año pasado. (crédito: Ziv Amar/Festival Internacional de Cine de Haifa)

Al principio, la película nos sorprende al mostrar la naturalidad con la que él la agrede. Cuando ella le dice buenos días, no sabe si recibirá un saludo cortés a cambio o una bofetada. La incertidumbre sobre cuándo va a ser maltratada físicamente en su propia casa es parte de lo que hace que su situación sea tan terrible. Cuando ella ha hecho algo que le desagrada, sabe que le va a dar una paliza, pero el mero hecho de ser ella misma es suficiente para provocarlo a una verdadera violencia en cualquier momento del día o de la noche.

Fotografía estilizada

La violencia entre ellos se retrata de forma estilizada. A veces, cuando ella espera un golpe, él la arrastra a un baile romántico, al ritmo de melodías románticas del pop italiano de la época (la banda sonora también mezcla las cosas, en un momento dado incluye una canción de Outkast) y, por unos momentos, el baile es como una escena de una película de Chaplin.

Fue una elección arriesgada, porque podría haber parecido que se trivializaba la violencia, pero los números de baile rituales muestran su desconcertante experiencia al respecto. Ella debe haberlo amado, o al menos haberlo apreciado, antes de casarse, y los bailes muestran lo que queda de eso entre ellos, además de destacar la fisicalidad que contiene las semillas de su agresión. Cortellesi y sus coguionistas, Furio Andreotti y Giulia Calenda, logran muy bien estos momentos, que se encuentran entre los más vívidos de la película.

Delia tuvo un novio más gentil –que ahora es mecánico en el barrio– antes de casarse con Ivano, y la película plantea la idea de que tal vez aún pueda cambiar su vida, como lo hace con el soldado estadounidense.

Pero Delia tiene un problema aún mayor: su hija mayor, Marcella (Romana Maggiora Vergano), de 18 años, se ha enamorado de un joven de una familia acomodada, dueño de un comercio. Parece bastante agradable y todo parece ir bien, pero luego le exige que deje su trabajo cuando se casen, y Delia se da cuenta de que conducirá a Marcella a la misma vida de servidumbre doméstica impotente que ella vive. Cómo afronta el compromiso de su hija es una de las tramas clave de la película y recuerda especialmente a Ferrante.


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Hay indicios de una especie de plan de escape que Delia está preparando para sí misma y quizás para su hija, y que brindan una base de suspenso a toda la película. El modo en que se desarrolla es una de las hermosas sorpresas de la película y la eleva a algo mucho más que la historia de una mujer.

Cortellesi ofrece una interpretación luminosa, con un gran sentido de la presencia y del ritmo, algo que suele suceder con actores formados en la comedia. Vergana transmite de forma convincente el amor y el desagrado que Marcella siente por su madre, y su sentimiento de que nunca permitirá que la derriben tanto, aunque se la puede ver enfrentándose a un matrimonio igualmente abusivo. Mastandrea convierte a Ivano en algo más de lo que debería ser, un tipo que puede ser encantador cuando lo necesita, de modo que uno puede imaginarse tomándose una cerveza con él, si no supiera cómo trata a su esposa.

Justo cuando crees que sabes hacia dónde se dirige la historia, Cortellesi cambia de tema, pero te quedarás esperando a ver qué pasa. Ella ha creado una heroína que cautiva corazones y cuya historia permanecerá contigo mucho después de que salgas del cine.



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