Todo lo mejor de lo oscuro y lo brillante

“Ella camina en belleza, como la noche.

De climas despejados y cielos estrellados;

Y todo lo mejor de lo oscuro y lo brillante

Reúnete en su aspecto y en sus ojos;

Así suavizado a esa tierna luz

Lo cual el cielo hasta el día llamativo niega”.

Señor Byron

Hace casi seis meses, en vísperas de mi cumpleaños, me encontré bajo el cielo nocturno más brillante que jamás había visto. Con estrellas y constelaciones pintadas sobre el fondo lechoso de nuestra galaxia, me volví hacia mi entonces pareja y le compartí un poema que ha adquirido un significado especial para mí. A la mañana siguiente, bajamos las escaleras y allí, en una jungla remota, escritas en una pared con letras grandes estaban las palabras que había recitado apenas unas horas antes: “Ella camina en belleza, como la noche…”

Hubo un momento en mi vida en el que habría etiquetado ese signo literal como figurativo, refuerzo de la noción de que “todo sucede por una razón”. Pero, como a muchos, la pérdida personal y colectiva me ha puesto en desacuerdo con ese marco. El desastre puede hacer eso: hacer que todo parezca carecer de sentido. Es una respuesta natural a lo que se siente un mundo sumido en la oscuridad. ¿Pero qué significa eso exactamente? Bueno, para entender la oscuridad, primero debemos entender la luz.

En el sentido más estricto, la luz es radiación electromagnética que es visible para el ojo humano. Si bien ocurre en una amplia gama de longitudes de onda, la banda que los humanos pueden ver es increíblemente estrecha. Aún así, a través de nuestro sentido de la vista, la luz es la herramienta principal con la que la mayoría de nuestra especie percibe el mundo que nos rodea y más allá; Todo lo que sabemos sobre el universo es gracias a la radiación electromagnética. Así es como obtenemos información y, a partir de ahí, creamos significado. La oscuridad es simplemente su ausencia.

Oportunamente, la frase “noche oscura del alma” se refiere a una especie de crisis existencial en la que la comprensión se oscurece, la rendición es imperativa y se encuentra la transformación. Profesor y autor Eckhart Tolle compara este proceso para mirar alrededor de una habitación y darte cuenta de que nada en ella es lo que pensabas: nada tiene significado. Si bien es doloroso, al aceptar esa comprensión, puedes comenzar a apreciar lo que realmente te rodea y ver el mundo bajo una nueva luz.

“Se supone que debes llegar a un lugar sin sentido conceptual”, Tolle escribe“donde las cosas pierden el significado que les habías dado, que era todo condicionado y cultural, etc. Entonces podrás mirar el mundo sin imponer un marco de significado creado por la mente… recorrer el Universo sin interpretarlo compulsivamente, como una presencia inocente. Miras los acontecimientos, las personas, etc., con una profunda sensación de vitalidad”.

Creo que nuestro mundo está experimentando su propia noche oscura del alma, y ​​así ha sido desde hace algún tiempo. Algunos se resisten, mientras que otros están desaprendiendo las capas de significado que se nos han impuesto. Para aquellos que recorren ese camino, lo que existe al otro lado no es la ligereza de la felicidad y la tranquilidad, sino más bien el amanecer de un nuevo día en el que realmente podemos aceptar lo que es. Y la aceptación es siempre el primer paso para creando una verdadera transformación.

Las palabras de Lord Byron me llegaron a través de mi madre hace años. Siempre ha sido su poema favorito, pero dijo que no fue hasta que me vio navegar en mi propia noche oscura del alma que se dio cuenta de que le recordaba a mí. Porque en ese tiempo, he aprendido que caminar en la belleza como la noche no es caminar en una fe indudable o en una gracia resplandeciente, sino en arrojarse al vacío y dejar que todo lo que no eres te sea despojado. Dejarse cambiar: más ligero sí, pero más crucial vivo.



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