China asesta otro golpe económico a Rusia

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, perdió acceso a muchos mercados mundiales, incluida gran parte de Europa. Países como Alemania, que durante años habían dependido del gas y el petróleo rusos, ahora dieron la vuelta bruscamente y trataron de deshacerse de cualquier vestigio de dependencia rusa.

China entró en la brecha. Siempre sedienta de nuevos suministros de gas y petróleo, China rápidamente notificó a Rusia que estaba interesada en recibir gas ruso y en desarrollar un gasoducto desde Siberia para ese gas.

Sin embargo, últimamente ese salvavidas parece más bien una soga, al menos para Rusia. Beijing está adoptando una postura muy agresiva con respecto al llamado gasoducto “Power of Siberia 2”, que debía transportar una capacidad máxima anual de 50.000.000 m³ de gas natural desde Rusia a China.

China ahora exige que pague sólo el precio interno fuertemente subsidiado de Rusia por el gas natural, y China no se comprometerá a comprar una cantidad sustancial de ese gas cada año.

Mientras tanto, la compañía petrolera estatal rusa, Gazprom, está perdiendo dinero. El año pasado, informó una pérdida de 6.900 millones de dólares, su primera pérdida anual en 20 años. Quizás como señal de las dificultades relativas a las negociaciones, el director general de Gazprom, Alexei Miller, que había sido un elemento fijo en anteriores conversaciones chino-rusas, no acompañó al presidente ruso Vladimir Putin en un viaje a Beijing en mayo.

El hecho de que China esté adoptando una postura tan agresiva en las negociaciones con Rusia pone de relieve la cambiante dinámica de poder entre los dos países tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. Numerosos países de Europa occidental han reducido o puesto fin a su dependencia del gas y el petróleo de Rusia, según Nordstream. El oleoducto II ha sido destruido y gran parte de la relación económica entre Rusia y Occidente se ha disuelto por completo. Sin esa salida económica occidental, China asumió una mayor importancia para los intereses económicos de Rusia.

China, sin embargo, rara vez deja pasar la oportunidad de obtener un precio. Está jugando duro económicamente con Rusia, y Rusia tiene pocas municiones con las que defenderse. Independientemente de cómo resulte esta negociación, la relación chino-rusa está cambiando. Vladimir Putin ahora lo sabe, a pesar de cualquier afirmación previa de que con China tiene una “amistad sin límites”. En pocas palabras, China no se molestará en ayudar a su vecino del norte. Al mismo tiempo, el aislamiento económico de Rusia no hace más que profundizarse, y es posible que a Vladimir Putin se le esté acabando el tiempo para revertirlo.

ReutersLa asociación Moscú-Pekín “no tiene límites”

noticias de YahooMiller, director general de Gazprom, no está en el viaje de Putin a China

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