A principios de la década de 2000, cuando la participación china en África comenzó a intensificarse, China disfrutaba de un crecimiento de dos dígitos y devoraba enormes cantidades de petróleo, minerales y madera africanos para alimentar su creciente sector manufacturero.

Si avanzamos hasta el presente, China ya no depende de los recursos africanos como antes. La economía china ha madurado y esos días de crecimiento vertiginoso ya pasaron. Y ahora, con la BRI en vigor, China ya no depende tanto de África para obtener recursos como hace 20 años.

Un nuevo artículo publicado por dos de los principales académicos del mundo sobre las relaciones entre China y África, Zainab Usman, del Carnegie Endowment for International Peace, y el profesor Tang Xiaoyang, de la Universidad Tsinghua de Beijing, detallan cinco tendencias económicas clave que están remodelando la relación entre estas dos regiones.

Zainab se une al editor de CGSP África, Géraud Neema, para discutir cómo esta relación económica en evolución afectará a los países africanos, en particular.

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Acerca de Zainab Usman:

Zainab Usman es investigadora principal y directora inaugural del Programa de África del Carnegie Endowment for International Peace en Washington, DC. Sus campos de especialización incluyen instituciones, política económica, política energética y economías emergentes en África. Antes de Carnegie, Usman trabajó inicialmente en el Banco Mundial como parte del prestigioso Programa de Jóvenes Profesionales y luego como especialista en el sector público. En el Banco Mundial, trabajó en sostenibilidad social, reformas políticas, gestión de recursos naturales y tecnologías disruptivas. Ha trabajado en estos temas en Costa de Marfil, Marruecos, Nigeria, Papua Nueva Guinea, la República del Congo, Serbia, Tanzania y Uzbekistán. También trabajó en la Escuela de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford y fue consultora del Departamento de Desarrollo Internacional (DfID).

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