La cantidad de herramientas de inteligencia artificial en el ámbito de la atención sanitaria está aumentando y prometen ayudar a los sistemas sanitarios a abordar muchas de las causas de las desigualdades en la atención sanitaria. En este artículo se analizan algunas de las nuevas herramientas y se explica cómo tienen un gran potencial para abordar los desafíos aparentemente insuperables que supone ofrecer una mejor atención a las poblaciones desatendidas.
La IA genera entusiasmo y temor en igual medida en los círculos de atención médica. Los optimistas ven el potencial obvio para revolucionar la eficiencia y la calidad de la atención. Los cínicos temen que la priorización de estas herramientas para los más ricos y saludables pueda ampliar las desigualdades sanitarias ya marcadas que se observan en toda la sociedad.