El gobierno alemán acordó un presupuesto para 2025 y un paquete de estímulo para la mayor economía de Europa, poniendo fin a una disputa de meses que amenazaba con derribar la coalición de centroizquierda del canciller Olaf Scholz.
BERLÍN — El gobierno alemán acordó el viernes un presupuesto para 2025 y un paquete de estímulo para la mayor economía de Europa, poniendo fin a una disputa de meses que amenazaba con derribar la coalición de centroizquierda del canciller Olaf Scholz.
Scholz, un socialdemócrata, y los líderes de los Demócratas Libres y los Verdes acordaron el presupuesto el viernes por la mañana después de unas negociaciones maratonianas, informó la agencia de noticias alemana dpa, citando a fuentes del partido. Se esperaba que los líderes dieran más detalles en una conferencia de prensa el viernes por la tarde.
Scholz reemplazó a la canciller conservadora Angela Merkel después de las elecciones federales de 2011, encabezando una coalición construida en torno a un programa de modernización en áreas que incluyen la protección del clima, la infraestructura y la investigación.
Para financiarlo, la administración eludió las normas que limitan el endeudamiento público al reutilizar 60.000 millones de euros (65.000 millones de dólares) en créditos de emergencia no gastados recaudados para medidas destinadas a suavizar el impacto de la pandemia de COVID-19.
Pero esa maniobra fue declarada ilegal en noviembre de 2023 por el Tribunal Constitucional, lo que provocó una lucha del gobierno para buscar recortes de gasto en áreas que van desde los subsidios agrícolas hasta la ayuda al desarrollo en el extranjero.
La presión abrió grietas dentro de los socialdemócratas y entre los financieramente conservadores Demócratas Libres y los ambientalistas Verdes, con estos últimos pidiendo al parlamento suspender el llamado “freno de la deuda” y permitir más préstamos de emergencia, incluso para seguir apoyando a Ucrania en su guerra con Rusia y para fortalecer las propias fuerzas armadas de Alemania.
Los desacuerdos habían alimentado la especulación de que el gobierno, ya impopular, podría colapsar y provocar una elección parlamentaria anticipada en la que Alemania podría seguir los pasos de otros países europeos y virar hacia la derecha política.
