Las protestas en China están aumentando a medida que los efectos de una economía en desaceleración sacuden a los ciudadanos y Beijing se abstiene de tomar medidas más audaces para apuntalar el crecimiento.
Los casos de disidencia aumentaron un 18% en el segundo trimestre en comparación con el mismo período del año pasado, según cifras documentadas por el China Dissent Monitor de Freedom House, un grupo de defensa de los derechos humanos de Estados Unidos. La mayoría de los eventos están vinculados a cuestiones económicas, según un informe publicado el miércoles.