El próximo movimiento de Javier Milei podría hacer o deshacer su presidencia

APRESIDENTE DE RGENTINA, Javier Milei, tenía una figura excéntrica cuando se puso su chaqueta de cuero y cantó canciones de rock en un estadio el mes pasado. Y cuando insulta al Congreso de su país (“un nido de ratas”), al gobernador de la provincia de Buenos Aires (“un enano comunista”) y al primer ministro de España (“el hazmerreír de Europa”), se topa con como un populista grosero más. Ambas caracterizaciones tienen una pizca de verdad. Aun así, según la mayoría de las medidas económicas Milei está superando las expectativas.

Cuando asumió el cargo en diciembre, la economía argentina era una maraña de inflación galopante y controles de precios insostenibles. Para limpiar, Milei recortó el gasto. El banco central dejó de imprimir dinero para financiar el déficit. Como resultado, Argentina ha tenido superávits fiscales durante cinco meses seguidos. La inflación se disparó después de una fuerte devaluación, pero desde entonces ha caído a una tasa mensual del 4,2% en mayo, la más baja en más de dos años.

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