IEn su primera En las últimas semanas que lleva en el poder, el nuevo gobierno laborista está insistiendo en un mensaje: en materia de prisiones, el Servicio Nacional de Salud, las fuerzas armadas y más, los conservadores han dejado una terrible herencia. Lo mismo ocurre con la economía. Rachel Reeves, la canciller, dice que el laborismo ha recibido la peor economía de cualquier gobierno entrante desde 1945, cuando Gran Bretaña estaba cargada de deudas de guerra y sus ciudades estaban llenas de cráteres.
Gran parte del pesimismo está justificado. récord de productividad Desde la crisis financiera, el crecimiento ha sido débil. Algunas partes de la agenda del último gobierno, especialmente en torno al Brexit, contribuyeron a la sensación de estancamiento. Las finanzas públicas están al límite. De ahí el énfasis del Partido Laborista en el crecimiento: un elemento central de su campaña electoral fue la promesa de lograr que la economía británica creciera más rápido que la de cualquier otro país. G7 Sin embargo, lo que enturbia un poco el panorama es el hecho de que es posible que ya se haya logrado una versión de este hito, bajo el gobierno de los conservadores.
