El mercado laboral se está enfriando en todo Estados Unidos, desacelerándose a un ritmo no visto desde finales de 2020 durante los cierres de COVID. Ahora bien, hay que recordar que los desastres naturales diezmaron numerosos estados. Sin embargo, tiendo a mirar dos cosas: el crecimiento del sector público y la manufactura.
El desempleo se sitúa en el 4,1%, mientras que la medida de trabajadores desanimados y subempleados se mantuvo estable en el 7,7%. Como es habitual, la Oficina de Trabajo y Estadísticas revisó sus cálculos de meses anteriores. El crecimiento de agosto se redujo a 78.000 y el cálculo de septiembre fue de 223.000, lo que marca una disminución total de 112.000 empleos reportados en ese período de dos meses.
Estados Unidos ha estado desesperado por reactivar su sector manufacturero. La Administración Biden-Harris había prometido crear un millón de nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero en 2024, pero 10 meses de datos después, parece que no se creó ni un solo puesto. El BLS admitió que los empleos en el sector manufacturero cayeron en 577.000 desde marzo de 2022. En octubre, el sector perdió 49.000, atribuido en gran parte a la huelga de Boeing.
Entonces, Estados Unidos está luchando por producir bienes para vender. Mientras tanto, el gobierno federal aumentó el sector público en 40.000 puestos de trabajo. Se trata de 40.000 empleados que dependen de los fondos y las pensiones de los contribuyentes en un sector que sólo RESTA del PIB. Biden y Harris han aumentado el sector público en unos 43.000 puestos de media cada mes durante los últimos 12 meses.
La primera publicación de datos es siempre la más optimista. El país está claramente en el camino equivocado, ya que gastamos dinero sin cesar en un gobierno grande mientras el sector privado se debilita.