vicepresidente Kamala Harris prometió construir “una economía de oportunidades” al presentar una agenda económica que busca abordar la carga de la inflación con nuevos subsidios y beneficios fiscales para los estadounidenses pobres y de clase media.
El plan representó el primer gran despliegue de políticas de la naciente campaña de Harris y buscó atacar uno de sus mayores puntos débiles: la frustración expresada por los votantes por el aumento de los precios pospandemia.